Capítulo 4: Asuntos Escolares

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Me encuentro en la sala del consejo estudiantil, discutiendo con mis compañeros los planes para el baile próximo.

—El recurso para todo lo que se va a utilizar, lo tenemos. Sólo falta ponernos de acuerdo con los jefes de cada grupo. –dijo Fernando, el tesorero.

—En cuánto usted nos diga, nos ponemos manos a la obra –dijo Jessica, una chica de cabellos color ámbar.

—Bien. Hay una cosa que aclararé de nuevo. No me gusta que me hablen de usted. Casi tenemos la misma edad y somos compañeros de clase, no es necesario el título de respeto. ¿Entendido?

Todos asienten.

—Bien. He leído los reportes económicos y las cotizaciones de la fiesta. Hicieron un excelente trabajo. Pero hay un asunto importante que no se ha tocado. Para el ciclo de primavera, necesitaremos fondos. Y con todo esto del baile...

—¿En primavera? ¿Fondos para qué?

—Elecciones. Para presidente del consejo de alumnos.

—¿Vas a declinar el puesto? –preguntó Clarisse, la delegada en turno, sorprendida.

—En absoluto. Pero es aburrido no tener competencia.

—¿Es sólo eso? O lo haces para dejar algo en claro –habló Joshua el segundo delegado.

—Johanna Murillo. Me colmó la paciencia. Voy a enseñarle por qué yo soy la presidenta.

— ¿La hija de Marcos, el profesor de edición? ¿Ella sabe quién eres? –preguntó Clarisse.

—No. Recuerda que el baile de invierno es una presentación.

—Dios santo... ¿tan loca está? Es extraño que alguien te caiga mal. Tan rápido. –dijo Fernando.

—Le tuve mucha paciencia, pero se ha pasado de la raya. Puedo apostar a que se va a postular de presidenta en cuánto sepa quién soy. Regresando al tema, quiero proponer una feria de primavera, para los nuevos ingresos del siguiente curso. Y así reunir fondos para las elecciones.

—¿Una feria? –dijo Clarisse confundida.

—Si. Puestos de comida. Cómo una kermés. ¿Alguna idea?

—Ohh... puede ser... ¿juegos de azar? –dijo Fernando.

—No me digas que Matthew te dió una idea –dijo Joshua. Asentí–. Y ahora ¿que quiere el señorito, Matty?

—Un maid latte –dije sin pensar.

Fernando y Clarisse nos veían extrañados. Joshua comenzó a reír a carcajadas.

—Matt es un loco por las maids... joder... –seguía riendo– aunque... creo que sería una buena idea. Sólo imaginen, nuestra querida y bella presidenta en traje de maid. Sería un placer visual para quienes la conocemos –se carcajea–.

—Hombres...

—¿Qué es... –comienza Clarisse.

—... una maid...? –termina Fer.

—En Japón así se les llama a las sirvientas de casas grandes –explicó Jessica mientras les mostraba una imagen ilustrativa.

—¿Alguien se opone a la propuesta de nuestra jefa, Delasy? –dijo Joshua.

Todos negaron.

—Bien. Nosotros nos encargaremos del maid latte. Informemos a los jefes de grupo sobre la feria y que vayan preparando sus proyectos para la feria. –dije para finalizar.

La junta había concluido con éxito. Faltaban pocos días para el baile de presentación y bienvenida. Fué entonces, cuándo recordé a mi madre y comencé a sentir un pesar en mi pecho.

—Delasy ¿estás bien? –Joshua fué de los últimos en salir.

—Si... quizá estoy un poco cansada, eso es todo.

—Oye... deja de torturarte. Sé que extrañas a tu madre. –dicho eso me envolvió en un cálido abrazo.

—Gracias. En serio –sonreí– bueno... vamos, hay cosas que hacer.

†★†★†★†★

Matt estaba en una de las mesas de la cafetería, Johanna estaba sentada con él. Fui primero a llenar mi bandeja de comida, Joshua iba conmigo. Sólo quería asegurarse que no me pasara nada subiendo las escaleras. Esperé a que el también se sirviera su comida. Y nos encaminamos a la mesa donde estaba Matt y la niña latosa.

—Maty. ¿Qué onda, amigo? –saludo Joshua sentándose frente a los dos, yo me senté junto a él.

—Joshy... ya vez. Lo de siempre.

—Matt, te estaba buscando para decirte que tu propuesta ya fué aceptada.

Matt rió maravillado. Johanna no decía nada.

—Y... ¿quién es tu amiga? –preguntó Joshua a Matt.

—No es mi amiga. Es...

—Johanna Murillo –interrumpió la rubia–. Alumna de primer año. Un gusto.

—No me digas que no te basta con Matt, ya vas a suplicarle a Joshua también.

—Cállate perra –me soltó la rubia exasperada.

—No le hables así a Delasy –dijo Matt bastante serio–, puede llegar a pasarte algo si lo haces.

—Cuída tu lenguaje, muñeca. Delasy no es cómo cualquier chica. Si quieres mantenerte salva, es mejor que no la insultes –intervino un relajado Joshua.

Me río.

—A mi me da igual lo que piense. Si ella se siente bien insultándome no le veo problema. Pero si los de los años superiores le hacen daño. Será su problema. Cómo dije, no me interesa lo que pase con ella.

Me comí toda mi comida.

—Amor –dijo Matt y Joshua sólo sonrió–. El trabajo de la exposición es para mañana. Y ya lo terminé. Sólo falta que le pongas los detalles.

—Vale, gracias por avisar –termino de comer–. Bien, tengo cosas que hacer. Joshua, avísame cualquier duda. Y Matt, no tardes mucho. Tenemos Estética después de ésta hora libre.

Me levanté y me regresé a la sala de consejo. Debía llevar los reportes de gastos a la dirección. Era mi único pendiente antes de volver a clase.

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Holi :3
¿Qué les pareció el capítulo?
Sé que está corto, pero prometo que los demás son bastante largos.

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Melángeluz fuera.

La Sombra de un Alma Exiliada [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora