En Contra de Todo (Charlos)

Capítulo 7

—Llegas inusualmente a la hora.

Charles no hizo caso del afilado comentario de Carlos cuando cerró la puerta de la alcoba tras de sí. Su puntualidad podría deberse a la impaciencia, pero, conociéndole, mejor omitir tal información y actuar despreocupadamente.

—Si lo prefieres me marcho y vengo dentro de... ¿Una hora?

—Haz lo que desees.

Ese comentario tenía que ponerlo en su sitio, pensó el alfa. Debía mantener a raya a Charles, o el omega creería que tendría algún efecto en él.

—Creo que me quedaré —dijo el omega con desdén. Dejó a un lado sus cosas, se quitó los zapatos y caminó tranquilamente hasta donde se encontraba el alfa tumbado en la cama, a medio vestir y rodeado de documentos. —Se supone que no debemos mezclar las cosas —comentó Charles arqueando una ceja.

—Basándome en tu problema con la hora de llegada decidí aprovechar el tiempo —dijo sin mirarlo. Parecía concentrado de nuevo en sus papeles cuando añadió— Desnúdate.

—Como quieras —dijo Charles, si el alfa quería jugar a "aquí mando y ordeno yo" pues que lo hiciera, él no se lo dejaría fácil.

Se sentó en el sillón y comenzó a quitarse todas sus prendas, lo hizo sin prisa alguna, el alfa seguía inmerso en la lectura, camino desnudo hasta la cama, se acostó en las sabanas y el alfa seguía sin mirarle.

Decidido a molestar al alfa, el omega se trasladó al otro extremo de la cama, abrió las piernas mientras sus manos se encargaban de recorrer su cuerpo, Carlos parecía no notarlo, por lo que Charles seguía con aquel juego, deslizando ambas palmas por su abdomen hasta llegar a su miembro, ligeras caricias recaían en su falo, así mismo sus dedos se abrían paso por aquel orificio rosado.

—Mhng.

Un gemido escapa de entre sus labios, lo cual parece alertar al alfa, quien ahora lo mira con el ceño fruncido.

Tiempo atrás Charles se hubiese sentido avergonzado, pero ahora mismo se sentía de algún modo, poderoso, el poder tentar a un alfa como Carlos, uno que podía dormir con él y a la mañana siguiente actuar como si no lo conociera, era un deleite para el mismo.

—¿Te gusta lo que vez? —susurra seductor.

El alfa se limita a mirarle sin decir nada, pero sin ser capaz de apartar la vista.

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Carlos no daba crédito a lo que veía, ¿Quién diría que el mimado omega era tan atrevido?

Pensó en arrojar los papeles que leía y saltar encima de este, pero prefirió guardar la compostura bajo aquella mascara de indiferencia. El bulto en sus pantalones comenzaba a ser evidente, así que opto por levantarse tranquilo de la cama, guardar el papeleo y desnudarse, Charles no debía verle desesperado.

—Veo que te estas divirtiendo sin mí. —dijo al llegar a su lado.

El omega le sonrió y siguió con aquel jugueteo. —Tu te lo buscaste, y yo me aburría.

Carlos sonrió ladino mientras su lengua tomaba posesión del pezón izquierdo, Charles soltó un sonidito de placer el cual lo alentó a seguir. —Conozco una mejor forma de disfrutar ambos.