En Contra de Todo (Charlos)

Capítulo 10

Dos días más tarde, Charles se encontraba desayunando en casa, había mentido a sus padres con la excusa de que había pasado el fin de semana en la finca de un amigo con el cual había asistido a la universidad.

Gracias al cielo sus padres se habían tragado el cuento, absorto en los pensamientos sobre los días que había compartido con Carlos, no escuchó el llamado de su hermano menor.

—Hey, tierra a Charles. —Oscar chasquea los dedos llamando su atención— ¿Escuchaste lo que dije?

—Lo siento, no ¿Qué decías?

—Charlie, tengo curiosidad. —Oscar muerde su labio inferior mientras el rubor cubre sus mejillas.— ¿Qué se siente besar a alguien?

Charles frunce el ceño, era muy extraño que Oscar hiciera tal pregunta. —¿Por qué lo preguntas? Tienes a Esteban.

—Si, pero es que... desde que Esteban y yo hemos estado saliendo, él nunca...

—¿Ni una sola vez?

Oscar niega. —Mientras paseábamos por el jardín, le pedí un beso, pero como siempre, él se negó, dijo que quería esperar hasta casarnos. Entonces le dije que si no me daba aunque sea uno, iba a terminar nuestra relación, pero no sé, se sintió tan extraño, no fue como...

—Como Logan. —Dijo sin tapujos.

—No, no fue como él. No hubo cosquillas en mi estómago. Charles, todo es culpa de Logan, se robó mi primer beso, ahora no puedo disfrutar de los besos de Esteban.

—Oscar, y no has pensado que tal vez no logras disfrutarlo porque Esteban no te gusta tanto como crees.

—No, de ninguna manera. Estoy enamorado de Esteban, él y yo nos casaremos, tendremos bebés y una casa muy linda como la de nuestros padres.

—Blegh. —Charles mete un dedo a su boca en burla.— Piénsalo Oscar, porque cuando te des cuenta de que no lo quieres, tal vez sea muy tarde.

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El jueves por la mañana mientras se dirigía al despacho de su padre, fue interceptado por Carlos, el alfa lo saludó amablemente y abrió la puerta para él.

—Gracias. —dijo con una sonrisa.

—Bien, que bueno que han llegado ambos, es hora de revisar el papeleo atrasado. —Expresó el alfa de ojos azules.

Charles no sabía en qué punto o relación se encontraban ambos, después de su celo no habían hablado mucho, debían hacerlo, de eso no había duda. Pero no podía negar lo mucho que le había gustado oír a Carlos llamarlo su omega.

Nunca había pensado en el matrimonio, pero ahora no veía esa idea tan descabellada, ojalá y Carlos también pensara en él como alguien a quien pudiera desposar.

—Charles, Charles... —La voz de su padre lo saca de sus ensoñaciones.

Que torpe, se había quedado divagando una vez más. —Perdón, ¿Si?

—Estaba diciendo que no olvides que este fin de semana tenemos la fiesta de beneficencia.

—No, no lo olvidaré.