sex and cofessions

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Charles deja su hogar con prisa, a pesar de que Mónaco no es demasiado grande, su casa está lo suficientemente alejada del restaurante en dónde la cita se llevaría a cabo como para correr el riesgo de llegar tarde.

El lugar no le es poco familiar, de hecho, es uno de sus restaurantes favoritos de toda la vida, no es demasiado extravagante y la vista del puerto es preciosa desde el interior.

Charles ingresa y sonríe a algunos meseros conocidos, es rápidamente guiado a la mesa en la que Carlos lo espera, con una sonrisa y ese aire de grandeza que es tan solo una fachada.

El mayor se levanta para saludarlo y Charles lo examina de arriba a abajo, desde sus pantalones beige de vestir, su camisa azul claro que le da un look playero hasta su cabello tan perfectamente estilizado como siempre, ¿cómo es que un hombre como Carlos sigue soltero?

"Te ves increíble, Charles, aunque tú siempre te ves bien en mis ojos."

¿Será que Carlos sigue esperando por él?

"Tú luces encantador, Carlos, pero eso ya lo sabes."

La noche pasa entre risas, anécdotas, actualizaciones de sus vidas y mucho coqueteo, Charles se da cuenta de lo mucho que ha extrañado la amistad con el mayor en su vida, pero no lo dice.

Cuando la cena termina, el ambiente ha perdido cualquier tensión, sonríen como tontos y deciden mover la conversación al apartamento del español.

Charles se siente libre, tal vez aquella copa de vino que acompañó la cena le había hecho más efecto de lo normal, pero la verdad, hace mucho no se sentía tan ligero como en este momento.

"Realmente has madurado mucho en estos años, Charlie. No sé, me hace sentir orgulloso todo lo que has logrado." Es la forma en que Carlos abre la puerta de su hogar y le invita a pasar primero pero su mano nunca deja la espalda baja de Charles.

Pronto ambos están sentados frente a la isla de la cocina con vasos medio llenos de whisky caro en sus manos y miradas brillosas, sus cuerpos rogando por dejar atrás esos nervios que los cubren.

Es Carlos quien hace el primer movimiento y lleva su mano a la mejilla rosácea de Charles, la acaricia suavemente con su pulgar.
"Te extrañé muchísimo, bonito."

La sinceridad en los ojos marrones del mayor hacen que un sentimiento de culpa aplaste el corazón de Charles y empiece a arrepentirse de todo el plan.

"Tal vez esto no es lo correcto, Carlos, no quiero que salgas herido solo por cumplir mis caprichos." Se aleja del toque ajeno y decide levantarse y pasear por la sala del apartamento con preocupación.

El silencio se prolonga hasta que Charles ve a Carlos pararse frente a él y poner una de sus manos en su cintura, la otra encargada de levantar su mentón para segurarse de que sus orbes verdes se conecten con las marrones.

"Hey, no me estás forzando a nada, precioso, quiero ayudarte y quién sabe, tal vez me sienta realizado y finalmente te supere después de esta noche."

Y aunque esas palabras solo hicieron sentir peor al menor pues no sabe si realmente desea que Carlos lo supere, Charles solo puede pasear su mirada entre los ojos y los labios ajenos por unos segundos antes de finalmente suspirar y besarlo, besarlo como lo hizo hace diez años en los baños de la secundaria, nada ha cambiado.

Los labios de Carlos reaccionan de inmediato y se mueven a la par de los suyos y se sienten tan bien, mucho más experimentados que cuando eran tan solo unos adolescentes pero definitivamente nunca nadie le ha provocado tantas malditas mariposas en el estómago con solo un beso, siente una calidez familiar en su pecho y el deseo de quedarse así para siempre, cosa que Carlos no permitiría.

Entre Infieles Y Viejos Amores - Charlos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora