Carlos despierta con un dolor de cabeza bastante leve más no por ello menos molesto, no sabe si se debe al alcohol o a las lágrimas que derramó antes de dormir pero desea culpar a la primera opción.
Se siente decepcionado al darse cuenta de que la cama está tan vacía como cada mañana, y aunque realmente esperaba que Charles se fuera temprano para evitarse el dolor de verlo dormir a su lado al despertar y la incomodidad de verlo irse, claro que se siente un poco usado aunque literalmente aceptó serlo.
Como no tiene tiempo ni ganas de sentarse a llorar, se levanta y comienza su rutina. Abre las persianas, va al baño y sale sintiéndose como nuevo tras cepillarse los dientes y lavarse el rostro, encuentra sus boxers que de alguna forma llegaron hasta arriba de la TV que cuelga de la pared frente a su cama y se los pone antes de salir de la habitación en busca de comida.
Guía su aún adormilado y cansado cuerpo hasta la cocina y busca en los estantes la confiable caja de cereal, mientras se sirve nota el olor a café que envuelve el apartamento y se cuestiona si dejó la cafetera conectada toda la noche más la respuesta llega veloz.
"¿Cómo logras verte tan bien en las mañanas? Yo luzco como un maldito zombie." Una voz familiar proviene del sofá y Carlos se da cuenta de que un Charles también en boxers y con su taza favorita en la mano lleva un rato observándolo.
"Pensé que te habías ido." Murmura, no quiere que se note la pizca de felicidad que le ha generado la presencia del menor.
"No quería irme sin hablar contigo antes."
"También pensé que habíamos dejado todo claro anoche."
Sabe que está siendo duro con Charles pero es la única manera en que se siente seguro bajo esos ojos verdes que le emboban con facilidad.
El más joven se acerca a la cocina y Carlos simplemente sigue moviéndose por esta mientras prepara su sencillo desayuno.
"No realmente, te dormiste antes de que te dijera que me gustas."
La caja de cerales golpea el suelo, Carlos mira a Charles y no entiende lo que acaba de escuchar.
"Carlos." Llama el monegasco ahora con completa seriedad. "Me has gustado desde que éramos sólo unos niños, y lamento haberte hecho creer que tus sentimientos no eran mutuos. Pero también tienes que entender que tenía 17 años cuando te confesaste, y tú dejaste el país luego de pasar nuestra primera noche juntos, simplemente decidí ignorar lo que sentía y seguir con mi vida o me quedaría estancado pensando en ti y en lo que pudimos ser."
"¿Qué pasa con Max? Te veías enamorado." Pregunta Carlos volviendo en sí, pasando sus manos por su rostro estresado con tanta información bombardeando su cerebro.
"Lo estuve, pero nuestra relación lleva más de un año siendo nada más que por conveniencia, y aunque ahora sé que mi dinero era lo único que lo hacía quedarse, aún le guardo cariño, Max fue una buena compañía para mí. Pero desde que te vi de nuevo, simplemente no puedo ignorar tu presencia aunque no es como que tú te escondas demasiado, siempre coqueteando como un descarado." Termina haciéndolos sonreír cortamente.
Carlos se toma un momento para procesar todo lo dicho y Charles aprovecha para acercarse a él y tomar una de sus manos entre las suyas, dejar un suave beso en el torso de esta, colorear de un suave rosado las mejillas del madrileño.
"Aún tengo mucho que pensar y también tú, estoy a punto de salir de una relación larga y sabes que no es fácil incluso si no nos amábamos, pero te prometo que si me lo permites, te demostraré lo mucho que te quiero, no es necesario que tomes una decisión ahora."
Carlos termina aceptando tal propuesta con facilidad, ambos hombres satisfechos e incómodos al mismo tiempo, terminan desayunando cereal y café, Carlos le ofrece su ducha a Charles y pronto un monegasco con cabello húmedo y vistiendo las mismas prendas del día anterior, sale por la puerta del apartamento, no sin antes...
"Es una promesa, Mon chéri, haremos que esto funcione." Susurra sobre los labios del mayor antes de besarlo con la pasión de dos amantes condenados a separarse, apresando su cintura entre sus manos y solo cuando sus respiraciones fallan es que se despide y se aleja por el pasillo hasta el elevador con los bonitos ojos café observándolo con cariño, le lanza un beso tonto al mayor antes de que las puertas del elevador se cierren.
Lastimosamente el tono de su teléfono lo saca de su embobamiento y no puede evitar suspirar molesto cuando ve el nombre aparecer en la pantalla, contesta esperando lo peor.
"Buenos días, Max."
"No puedo creer que me hagas esto, Charles, de toda las personas, acostarte con él." El neerlandés se escucha furioso lo que hace a Charles sonreír con ironía.
"¿Y qué vas a hacer?¿terminar conmigo? Pero te quedarías sin mi dinero."
"¿De qué mierda estás hablando, Leclerc?" Max suena sinceramente confundido, nervioso incluso, Charles siente satisfacción.
Sale del edificio asintiendo al chico en la recepción como despedida y mientras espera que le entreguen su auto, decide terminar con todo el drama rápidamente.
"Mira, Max, te agradezco por los momentos buenos que tuvimos juntos, lástima que también los hayas tenido con esa chica en París, el chico en Monza, con Daniel, con Sergio, ah, y con quién sea que te acostaste anoche." Charles tiene que respirar profundo para evitar llenarse de ira mientras se sube a su auto y se despide del valet, dejando una propina bajo la mirada rara que le da el hombre mientras escucha su conversación.
"Charles, amor, hablemos esto en persona." Sinvergüenza, piensa el monegasco, ni siquiera lo niega.
"No, no hay ninguna razón para vernos, tus cosas ya deberían estar en casa de tu padre, la cerradura ha sido cambiada así que ni siquiera intentes entrar a mi casa y claro que tus tarjetas han sido canceladas, y no te preocupes que me encargaré de que también tu colección de autitos se te entregue en el transcurso de la semana."
"No puedes hacerme esto, amor, por favor-"
Charles corta la llamada, no tiene más para decir, enciende el auto y finalmente se retira del lugar en camino a su hogar.
Cuando llega se sorprende al ver un mensaje de Carlos, le ha enviado una captura de pantalla de una conversación con Max.
Aparentemente el mayor fue quien informó al rubio de su infidelidad porque Charles se olvidó de hacerlo. El español envió una foto bastante obscena de la espalda arqueada de Charles mientras lo embestia por detrás.
Junto a ella un mensaje más.
"Solo un idiota como tú engañaría a un hombre como él, gracias por dejarme el camino libre, Maxie."
Charles sonríe, siente su piel erizarse y un escalofrío recorrer su columna, recuerda las manos del mayor sobre su cuerpo y desea volver en el tiempo y sentir todo una vez más.
Responde al mensaje con sus dedos temblorosos.
"Eres buen fotógrafo, voy a necesitar una sesión privada contigo."
La respuesta no se hace esperar más le saca una sonrisa.
"Cuando quieras, precioso."
"No sé cómo pude estar tanto tiempo sin ti, te has ido hace unos minutos y ya te extraño."
Charles suelta un grito ahogado mientras se lanza en el amplio sofá, pataleando como un adolescente enamorado.
"¿Todo bien, Charlie?" La voz de Sarah le asusta.
"Ay, Sarah, la vida me ha sonreído hoy." Charles se levanta del sillón para abrazar a la mujer que más que su empleada ha sido una segunda madre desde que dejó la casa de sus padres, esta lo abraza con el mismo cariño.
"Te lo mereces, mi niño, disfrútalo."
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Entre Infieles Y Viejos Amores - Charlos.
FanficCharles se ha enterado de que su pareja lo engaña y su plan de venganza incluye a su primer amor...