☆Capítulo Sexto☆

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KYLIE

...

—¿Enserio te hizo eso? —preguntó Kylie conteniendo la risa lo mejor que pudo cuando Nils les contó una anécdota divertida de su infancia.

—Sí —dijo Nils asintiendo—. Y luego mis padres me castigaron a mí. ¡A mí! Y no me creyeron cuando les dije que fue Ryan quien liberó a todos los perros de la perrera.

Nils las llevó a su prima y a ella a un pequeño bar en el que no habían más de ocho personas, aparte de ellos y había una hermosa canción en inglés escuchándose en el lugar. En el fondo ella agradeció eso. No le gustaban demasiado los lugares llenos de gente en los que solo se escuchaban canciones estridentes.

Estaban sentados en una de las mesas más apartadas, charlando.

Britney se relajó bastante y ya no siguió mirando a Nils como si fuese a clavarle una lanza en la cabeza cuando se descuidara un poco.

Tanto se relajó, que hasta se decidió a romper el silencio en el que se habían sumido durante unos segundos.

—Kylie hizo algo parecido a lo que hizo tu hermano de pequeño, hace muy poco tiempo —comentó Britney.

<<No se atrevería ¿o sí?>>

Kylie abrió los ojos y le hizo una seña de que no siguiera hablando. Britney no le prestó la menor atención.

Sí, si se va a atrever.

Nils al ver a Kylie sonrojada se inclinó sobre la mesa con curiosidad. Ansioso por saber qué era lo que había hecho que Kylie se convirtiera en un tomate humano de un momento a otro.

—Hace poco en nuestra escuela nuestros profesores nos dijeron a cada uno de nosotros que debíamos llevar un hámster para hacer una exposición con ellos. Y así lo hicimos. En total habían 36 hámsters. Los encerramos a todos en jaulas, con comida y agua dentro; y a esta personita —pasó su brazo derecho por los hombros de Kylie, atrayéndola a ella— le dio lástima ver a todos esos, y cito, animalitos extremadamente tiernos e inocentes encerrados, le dio por robar las llaves y  abrir todas y cada una de las jaulas.

—Creo que ya contaste suficiente.

—No, no lo he hecho.

—Cállate porfavor.

Nils las miró, divirtiéndose a lo grande.

—Brittney —la llamó Nils, imapacientándose.

—Llámame Briis.

—Está bien. Briss, continúa la historia por favor.

—El punto es que todos los hámsters salieron corriendo al oír el llamado de la libertad y Jake, Kylie y yo tuvimos que recorrer toda la escuela buscándoles.

Cuando Britney terminó de hablar Kylie enrojeció más que antes, si tal cosa era posible y le dio una palmadita en el hombro, separándose de ella.

Nils comenzó a reír y Britney le siguió.

Kylie solo atinó a comenzar a jugar con uno de los mechones de su cabello nerviosamente.

—Solo espero que tú y Ryan no se conozcan nunca —dijo Nils dirigiéndose a Kylie—. Porque si lo hacen son capaces de ir al zoológico a liberar a todos los animales.

Kylie no pudo evitar dejar en paz su cabello y comenzar a reír con ganas ante eso último.

—De hecho, esa es una buena idea, lo voy a hacer la próxima semana —dijo Kylie siguiéndole el juego a Nils, riendo.

Hechos de Papel y TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora