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Al salir de la habitación, Bruno fue recibido por un silencio abrumador que llenaba cada rincón de la casa. A pesar de que no había nadie más que él mismo, sus ojos escudriñaban cada sombra, cada rincón, como si estuviera convencido de que algo o alguien acechaba en la oscuridad. Cautelosamente, avanzó por el pasillo, en alerta máxima, sintiendo la opresión de la soledad que lo rodeaba, mientras la paranoia se entremezclaba con su imaginación, creando una atmósfera cargada de incertidumbre y temor. 

Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Bruno tomó su celular de repuesto con mano firme y bajó a la cocina. Allí, se encontró con su celular principal, que estaba siendo bombardeado por notificaciones y siendo hackeado en tiempo real. Una oleada de pánico lo invadió al comprender que habían logrado rastrear su ubicación; sabían dónde se encontraba.

Con determinación, Bruno encendió su computadora y accedió a su correo electrónico. Entre los mensajes, encontró uno del perpetrador. Sin vacilar, hizo clic en el enlace adjunto y fue redirigido a un video en vivo en tiempo real. En la pantalla, vio con horror a Rodrigo, aún mirando a su familia atada. El perpetrador había ignorado su promesa de mantenerlos atados durante una hora; ya había pasado más tiempo del acordado.

Sin percatarse de que se trataba de una video llamada engañosa con un enlace de broma, Bruno observaba con angustia la escena en la pantalla de su computadora. Mientras tanto, el perpetrador, oculto detrás de su máscara, sonreía satisfecho desde la casa de Rodrigo, disfrutando de la confusión y el temor que había sembrado.

El perpetrador, con su voz distorsionada, amenazó a Bruno mientras observaba la escena angustiante en la pantalla. Bruno, sorprendido al darse cuenta de que se trataba de una video llamada, sintió una oleada de confusión.

- ¿Pero... qué? - Fue su única reacción ante la desconcertante situación.

Bruno se sintió abrumado por la revelación de que todo era una farsa, pero ahora enfrentaba la urgencia de actuar y salvar a la familia de su amigo.

La confusión y el miedo se apoderaron de Bruno mientras observaba la pantalla con angustia. Rodrigo, en la misma habitación que el perpetrador, se encontraba en una situación aún más desesperada, sin saber por dónde empezar a desatar a su familia estando en peligro inminente. La tensión en la habitación era palpable, y Bruno se sentía impotente ante la amenaza que acechaba a sus seres queridos.

Con determinación, Bruno agarró su cámara de video y comenzó a investigar en su computadora en busca de información sobre el hacker, con la esperanza de desenmascararlo y detener sus acciones. Con un enfoque serio y decidido, se sumergió en la tarea de contraatacar, sabiendo que era su mejor opción para defenderse y proteger a su amigo y su familia.

Con la cámara de video en una mano y concentrado en su computadora, Bruno se sumergió en la tarea de hackear al extraño perpetrador en un intento desesperado por obtener información que pudiera usar en su contra. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, no recibía ninguna respuesta, lo que aumentaba su ansiedad y frustración. Permaneció sentado, esperando pacientemente cualquier indicio que le permitiera avanzar en su búsqueda de la verdad.

Con la mente dividida entre el deseo de exponer la identidad del perpetrador y el temor de ponerse en peligro nuevamente, Bruno consideraba la posibilidad de hacer un video al respecto. Las dudas lo atormentaban, consciente de que al hacerlo estaría revelando información sobre el peligro que alguna vez enfrentó. Sin embargo, la necesidad de proteger a su amigo y detener al hacker era más fuerte, y Bruno se preparaba para tomar una decisión crucial.

Con un suspiro pesado, Bruno apretó con fuerza la cámara en sus manos, consciente de que no era culpable de su frustración. Volvió a dirigir su mirada hacia el televisor, donde las cámaras de seguridad de la casa de Rodrigo mostraban la angustiante escena de su amigo, indeciso sobre por dónde empezar a desatar a su familia, y con Ismael desaparecido, cada vez más sospechoso de estar involucrado con el hacker.

Te veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora