29. 𝑳𝒂𝒔 𝒗𝒂𝒓𝒊𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓.⚡

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Martes.

Joe

Estar con ella me da tranquilidad y puedo notar la decepción es sus palabras, no hay que ser un tonto para darse cuenta lo que le ha afectado ser la amante de Stan y es algo que me llena de rabia.

—Mi abogado dijo que le dieron un plazo a Emma para responder y parece que el juez no va a aceptar que ella cambie los términos.

—Asegúrate que no intenten comprar al juez, podrían inventarse alguna irregularidad en el momento que tu firmaste para lograr echar todo atrás —dice para después beber algo de vino.

—Lo tendré en cuenta —sonrío en agradecimiento.

—¿Nuestro tema solo será Emma Hoffman y tu proceso de divorcio? —es extraño que sepa su apellido, es obvio que investigó un poco.

—No... ya te dije lo que quiero, ahora dime tu ¿Qué quieres?

—¿Estás seguro de que quieres intentar algo conmigo? —dejo mi copa aun lado.

—Por supuesto... y perdón por lo que paso el sábado, sé que todo se vio muy mal.

—Dijiste que ya no hablaríamos de Emma —dice mirándome de reojo y me hace reír.

—Tienes razón, Lo siento...

—Bien... y finalmente: el postre del día —Gill sonríe cuando Paul deja el plato frente a ella.

—Gracias —dije.

—Disfruten del Tiramisú —Paul hace una pequeña reverencia.

—Gracias, Paul —habla y enseguida toma un poco de postre con la cuchara, sonríe mientras lo hace. Detallo todo el proceso hasta que lo lleva a su boca y es adorable cuando hace un sonido de satisfacción, cierra los ojos disfrutando y hace una especie de baile en su sitio, no puedo contener la risa.

—¿Qué? —cuestiona mi risa repentina.

—Eres muy tierna —sus mejillas se tornan rosadas, pero trata de disimularlo comiendo otra cucharada del postre. 

—Es delicioso este postre —comenta aun sin verme, ya lo probé y es realmente bueno.

—Ya no tengo idea de cuál es tu dulce favorito.

—Tengo muchos favoritos —se encoge de hombros —depende del momento.

—¿Cómo las fotografías? —me mira de nuevo.

—Si... como las fotografías —confirma.

Cada vez descubro más cosas de la abogada Wallace: Observar cómo actúa con los demás y compararlo con la forma en la que se comporta conmigo, basta para darse cuenta lo cómoda que se siente a mi lado, tengo razón al pensar que nunca ha podido ser ella misma. Tal vez por eso, tiene miedo de arruinar esto conmigo.

Le hago una señal al mesero para pagar la cuenta, Gill bebe el ultimo sorbo de vino de su copa y la deja disponible para que recojan la mesa.

—Gracias por la invitación, Joseph.

—Es un placer —me apresuro a ayudarle a poner su abrigo, agarra su bolso mientras me sonríe en agradecimiento, me gusta la forma sigilosa en la que me mira, me hace saber que esta complacida por mis acciones, pero al mismo tiempo no las acepta.

Son alrededor de las nueve y ya hay bastante movimiento en el restaurante, Gill se despide rápidamente dándole un abrazo y yo un apretón de manos a Paul.

El sonido de la campana de la puerta se pierde con el bullicio de la calle. Me mira expectante tratando de acomodar los mechones de cabello que se mueven sobre su cara gracias al viento.

Strange Addiction - Joseph Quinn | Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora