༻Dimensiones entrelazadas༺

¿Qué hiciste qué?

Ouma salió del salón cuando acabo la clase, pero las manos de Miu lo tomaron de los hombros mientras le susurraba dulcemente.

—Ouma...~ Pequeña rata inmunda.—agarro al chico mientras lo jalaba, haciendo que quedarán de frente.—Me podrías decir que carajos hiciste con mis experimentos.

El chico se sintió un poco intimidado mientras la miraba, trago saliva para encontrar las palabras correctas.—Miu... Yo...—intento comenzar, pero al no saber como explicar la situación en la que se encontraba volvió a quedar en silencio.

—¿Tú qué, Ouma?—El agarre en el hombro se hizo mas fuerte mientras intentaba mantener su sonrisa, en cualquier momento estallaria.

—E-es u-una larga historia...—Ouma no pudo evitar sentirse nervioso, no sabía como explicar la situación y dudaba que la inventora le creyera, en estos momentos realmente extrañaba a la Miu que conocía, que aunque también tenía el mismo temperamento era mucho mas amable que lo que tenia enfrente.—L-yo, b-bueno. El k-Kokichi del que hablas u-utilizo un aparato y nos conocimos y no se que sucedió, pero cambiamos de dimensión.—Soltó con rapidez mientras cerraba sus ojos con fuerza, preparandose para algún golpe.—Y...se r-rompió.

Miu solto su agarre, dando pasos para atrás con sorpresa, para luego cambiar a una expresión enfadada y gritar.
—¡¿Que hiciste qué?!

Ouma entre abrió los ojos, mientras intentaba calmar sus nervios, la chica de cabello rosa claro se veía mas qué molesta, mientras peleaba consigo misma.
—L-lo siento, no fue mi intención.

—¡No! ¡Tu vienes conmigo! No te creo absolutamente nada, eres un maldito mentiroso.—Jalo al chico del cuello de la blusa—Ese experimento es mucho más peligroso e importante para mí de lo que crees, y esas jodidas excusas no te salvarán.

—¡P-pero no es una e-excusa!—diría rápidamente él

—Eso no lo sé.—Miu empieza a jalar al chico por los pasillos, aún con las súplicas evidentes de él, ella hace caso omiso.

—¡M-miu Suéltame!

—No lo haré, tienes que pagar por lo que hiciste y aunque sea verdad tu excusa, primero habrá que comprobarlo.

Ouma abrió los ojos, «¿comprobar? ¿Como comprobará qué cosa?»

—¡Ouma-kun!—Miu se vio interrumpida en su camino por el cuerpo de Nagito, quien veía la escena.—¿Es mal momento?

—Sí

—¡No! Komaeda necesito ayuda, Miu me quiere hacer daño—se apresuró a decir el chico con miedo, intentando soltar el agarre de la chica.

—¡Claro que no! ¡Solo quiero justicia!—y antes de que pudiera continuar, Komaeda tomo de las manos a Miu.—¿Y tu que carajos?

—¡Iruma-san, que valiente eres! Buscas justicia por los objetos que te han robado con la esperanza de conseguirlo. Eso es realmente admirable.

—¡Callate pelo de nube!— respondió Miu con molestia, soltandose del agarre se dio la vuelta y visualizo como Kokichi corría.—¡Maldito enano!—grito.

Kokichi corrió por los pasillos mientras era perseguido por Miu, de algún modo se sentía desesperado por huir como si lo estuvieran atacando pero una persona enfrente a él lo hizo chocar y caer fuertemente al piso.
—¡L-lo siento! ¡N-no era m-mi intención!—Ouma dijo con desesperación cerrando los ojos con fuerza, su ansiedad se había desatado y no podía detenerla.

—¿Ouma?—La voz de Shuichi estuvo presente nuevamente sonando con sorpresa, al lado de el, la persona con la que había chocado Kokichi era la otra detective de cabellos lilas quien bajo su mano para que el la tomará.