Cap 8

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Al día siguiente

Ruby yacía en su cama profundamente dormina, hasta que sus sueños fue interrumpido por el sonido de su alarma; era hora de levantarse. La kraken abrió los ojos sintiendo su mente nublada hasta que fue iluminada por sus recuerdos de ayer, de la verdad revelada y sobre todo...

Ruby: Auch - se toca el hombro

El dolor que sentía. Todo recuerdo de ayer inundo la cabeza de la kraken como si del mismo océano se tratará; incluido, por supuesto, el dolor. Sin embargo, para Ruby no era opción quedarse en casa, pues ya no se sentía cómoda en su propio hogar. Seguido, la peliazul se reincorporó y su primera acción fue dirigirse a su baño y, seguidamente, despojarse de su pijama, sus bragas y sobre todo...las gasas pintadas de azul. El agua de la regadera ya no se sentía igual, sobre todo comparada con la del océano. El agua del océano era fría y envolvente, una sensación nueva, pero disfrutable para Ruby; una sensación con la que el agua caliente y a chorros de la ducha no podía competir, simplemente patético querer compararlos.

Ruby: ¿Que esta pasando? - se pasa jabón

Claramente aún había mucho que procesar para la joven kraken, pues todo lo vivido la noche anterior revelaba una verdad que desconoció toda su vida. Solo podía pensar en si esta "verdad" podría ser el cambio que tan necesitaba en su vida, o de lo contrario, el detonante para el caos. Terminado el baño, la peliazul retornar a su habitación con el fin de usar el espejo y examinar sus heridas. Dichas lesiones estaban cubiertas de una ligera capa de escamas transparentes que evitaban la emanación de sangre; mas no alivian el dolor. Dio marcha atrás hasta que un pensamiento le vino a la cabeza: "volteate y mírate". Ahí estaba, frente a su espejo, completamente desnuda y seguido decidió darse un momento para apreciar su cuerpo a detalle. Su figura no era en si de la más envidiable; mas no podía decirse que no era atractiva, sus caderas podrán no ser las más anchas; mas lo compensaba lo esbelto de su cintura. Ruby seguía mirándose, al mismo tiempo que sus manos seguían sincronizadamente sus a la vista de sus ojos, pasando por su cintura y cadera, hasta que sus ojos se clavaron en en área en específica de su cuerpo y que notaba un cambio: "sus pechos"

Ruby: son más grandes - empieza a tocarlos - y sensibles - se pone roja - y se siente...tan bien - continua tocandose

Rápidamente Ruby se perdió entre sus pensamientos. Entre el calor y la lujuria que sentía; el tiempo pareció detenerse y, lo que fue un minuto de tocarse, fue una eternidad en la mente de la peliazul. Sin embargo, la kraken adolescente fue sacada del trance por la voz de su madre.

Ruby: ¡Pero que estoy haciendo! - dijo algo apenada por su situación, mas no arrepentida

En el comedor

Ruby: buenos día papá, Sam.... - voltea hacía su madre - Agatha - con tono frio

Agatha: soy mamá para ti - con tono serio

Ruby: por supuesto....Agatha - dijo a modo de provocación

Agatha: te lo advierto - cambio su tono a molesta

Ruby: te molesta, Agatha - dijo con tono desafiante

Arthur: ya basta las dos - trata de calmarlas

Ruby: esta bien, papá - se sienta

El ambiente no dejaba de tener un alto nivel de tensión en el aire; puesto que madre e hija emanaban una clara aura de enojo y molestia hacia la otra. En un acto del kraken adulto por aliviar las cosas, Arthur decidió iniciar una conversación con la esperanza de tranquilizar el panorama.

Arthur: ¿Como va la venta de casa, amor? - pregunto nervioso

Agatha: no tan bien. Los compradores quieren echarse para atrás por el supuesto avistamiento del Kraken - dijo mirando molesta a Ruby

Solo somos buenas amigas, ¿verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora