Ruby Gillman pasaba por un momento difícil en su vida, sin embargo, cuando llega a su vida una chica pelirroja llamada Chelsea, la vida de la kraken adolescente cambiara como no puede imaginar.
En estos momentos era una calidad y soleada tarde en Oceanside, por lo que resultaba perfecto para pasar un buen rato para la kraken adolescente y la sirena pelirroja. La peliazul ya llevaba caminando a la par de Chelsea y sin soltarla de la mano. Otra vez lo sentía; sentía el calor de la pelirroja, como una vibra que no había experimentado con nadie con quien hubiera hecho contacto antes, ni siquiera con Connor o alguien igual de cercano.
Ruby: ¿A donde me llevas? - pregunto algo aburrida
Chelsea: es una sorpresa - dijo con una sonrisa - es aquí
Llegan a un centro comercial
Ruby: ¿Que hacemos aquí? - se rasca la cabeza
Chelsea: primero necesito asegurar de que estemos preparadas - le pone la mano en el hombro - imagino que no llevas nada bajo ese suéter
Ruby: bueno...no...pero - se detiene en seco - ¿Por que quieres saber?
Chelsea: porque no creo que te guste nadar desnuda, y ahora se que necesitas un traje de baño - dijo mientras la empuja hacia adelante
Ruby: ¿Nadar?...¿De que hablas? - continua con su interrogatorio
Chelsea: pues, imaginaba que en vez de pasar el día haciendo matemáticas; tal vez tu y yo podríamos hacer otra cosa, ya sabes, algo...más...divertido - empieza a acercar su rostro con el de ella
Ruby: ¿Como que? - se sonroja
Chelsea: un día en la playa - se acerca a su oído - una cita
Ruby: de...amigas - se pone nerviosa
Chelsea: claro, amigas - se separa de ella
Tras dichas palabras, tanto la kraken como la pelirroja se adentraron en el centro comercial en busca de alguna tienda de ropa que llamase la atención de ambas adolescentes. Un rato más caminando se toparon con una tienda cuyos maniquís exhibían múltiples prendas femeninas, trajes de baño incluidos.
Chelsea: aquí - entran a toma marcha
Ruby al entrar se quedo, en cierta medida, indecisa por la gran variedad de prendas femeninas que exhibían; un sentimiento que hizo disipar toda duda de los planes de la pelirroja y pensar: "un día en la playa no suena tan mal". Tras admirar un momento, tanto Ruby como Chelsea, se dirigieron al lugar en donde estaban los trajes de baño y buscaron alguno de su talla. Una vez que hicieron su elección; se dirigieron a los probadores, Ruby había elegido un juego de color negro con un bikini y bragas. Mientras tanto, Chelsea había elegido un traje de color celeste ligeramente grande que el de Ruby y que venía incluido con unas zapatos de playa.
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Chelsea: ¿Te gusta? - empieza de darse vuelta
Ruby: se te ve lindo - dijo sonrojada
Chelsea: pues también te vez muy bien - la examina a detalle
