¿Que tanta suerte podías tener para encontrarte con tu Idol favorito?
Las posibilidades siempre eran muy bajas, sin embargo, Dahye había tenido la suerte (o la mala suerte) de encontrarse con el suyo.
-¡Dios mio, juro que fue sin querer, lo siento...
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04. 𝘓𝘖𝘚 𝘚𝘈𝘓𝘝𝘈𝘋𝘖𝘙𝘌𝘚
★
Una semana más había pasado desde aquel incidente en el que Dahye se sentía paranoica, desde aquella noche se había vuelto una costumbre.
Cada momento que pasaba, a cada lugar que iba, se sentía observada. Especialmente cada que regresaba de su trabajo y caminaba a su casa
—Dahye, ¿estas bien?— pregunto Chan mientras observaba a la chica con preocupación.
—Lo siento, Chan. ¿Que decías?— respondió después de sacudir un poco su cabeza, como si aquello pudiera alejar la paranoia y los malos pensamientos que tenia de salir de la empresa y quizá, ya no volver.
—¿Estás bien? Estás algo distraida. ¿Te sientes mal? Sabes que puedes pedir ir a tu ca...
— A mi casa no, a mi casa no...— negó rápidamente y en un tono de voz que pareció preocupar aún más al mayor.— Estoy bien, Chan. ¿Continuamos en lo que estábamos?
Y a pesar de no estar convencido de su respuesta, continuo comentando cuando planeaba desarrollar las ideas que le llevaba planteando desde la semana pasada.
Chan era muy inteligente y sobre todo creativo y era algo que le dejaba muy claro a Dahye.
Durante el día se publicaron algunos videos que era necesario subir para ya, pues no querían tener ningún retraso en absolutamente nada.
— Dahye ¿estas bien?— pregunto hacia ella ahora Minho.
—Lo estoy, Honnie ¿Por qué lo preguntas?
—Te vez más distraida de lo normal y... Chan no deja de preguntarme si algo malo te pasa, esta preocupado y esta comenzando a preocuparme también.— dijo algo nervioso por la reacción que la chica pudiese tener.
—Solo estoy un poco paranoica, pero estoy bien, Honnie, te lo prometo.— dijo levantando su meñique.
—¿Que sucede, Dahye? ¿Hay algo malo?– pregunto ignorando completamente que había dicho que estaba bien.
Se acerco a Minho, haciendo que este bajara un poco más hacia su estatura, parecía serio.
—Es que... pareciera que alguien me sigue cuando salgo del trabajo, Honnie. Me siento observada y me hace sentirme muy paranoica... pero no le tomes mucha importancia, también puede ser que estoy imaginando cosas por...— guardo silencio cuando recordó que nadie ahí sabia lo que había pasado en Australia—. Por... no he dormido bien, puede ser eso.
Minho la miró, inquieto.
—Tienes mi número, Dahye. Si te sientes en peligro, llámame. Iré por ti sin importar nada, lo sabes.— pidió mientras la veía serio, Dahye asintió.