Cardigan

07

Betty miraba fijamente un collar en forma de cisne con un diamante rosa en el centro. El collar era de oro, y por los alrededores del cisne habían pequeñas piedras preciosas. Era el collar que Sirius le había regalado.

Su charla con Sirius había traído muchos recuerdos de su pasado con Sirius. No sabía cómo confrontarlo ahora. Necesitaba hablar con sus amigos urgente.

Y eso iba a hacer. Necesitaba ayuda profesional.

                                       [● ● ●]

Betty bajo a la sala común y encontró a sus dos amigos sentados en un sillón apartados de los demás.

Perfecto. Pensó la rubia.

Se acercó a ellos y tomó asiento. Ambos voltearon a verla.

—Hasta que vuelves con nosotros. ¿Donde quedó tu romeo?—preguntó Marlene.

—No es el momento, Mar.—respondió decaída la ojiverde.

Ambos amigos se pusieron serios y se acercaron más a ella para que pudieran hablar en un volumen más bajo y los demás no oyeran nada.

—¿Qué te sucede?—preguntó preocupado Will.

—Hable con Sirius. —dijo Betty.

—¿Cómo que hablaste con Sirius? ¿De que hablaron? ¿Por qué hablaron? ¿Por que Sir...— Betty la interrumpió.

—¿Quieres calmarte? Una pregunta a la vez, por favor.

Will le lanzó una almohada a la cara a Marlene y ella se lo devolvió.

—¿Cómo que hablaste con Black?—preguntó Marlene más calmada.

—Él me pidió que habláramos y...—solto un suspiro.

—¿Y...?—Preguntaron impacientes ambos.

—Me reclamó acerca de que pasaba mucho tiempo con James.

—Pero él no tiene ningún derecho a reclamarte nada.—dijo molesto Will.

—¡Ya lo sé!, eso es lo que yo le dije. Pero luego me confesó que estaba celoso, que él aún seguía enamorado de mi y de que sabía que a mi ya me gustaba James.—confesó Betty.

—¿Te gusta Potter?—preguntó Marlene, sorprendida.

—Sí, ¿no era obvio?

—Para mi no lo fue, no creí que James fuera tu tipo.

—Pues lo es. Pero ya no quiero hablar acerca de ellos dos, tengo un buen lío en la cabeza, mejor cuéntenme de ustedes.

—Quiero invitar a salir a Lily, la quiero llevar a Hogsmeade el próximo sábado, pero tengo miedo de que me diga que no y se arruine todo.—confesó Marlene.

—¿Por fin harás un movimiento con Evans?—preguntó sorprendido Will.

—Sí, no soy como OTROS, que solamente se reúne con la persona que le gusta en la biblioteca y no se anima a hacer nada más que sentarse uno frente al otro y leer.

—Él no me gusta, ya te lo dije un millón de veces.

—Es muy obvio que te gusta, si quieres avanzar con él debes admitirlo.—dijo Betty.

—No me gusta.—dijo pausadamente Will.

—Escucha, William. Se que es complicado, yo también tuve mi etapa de negación, pero todo es más fácil y claro una vez que lo admites en voz alta, además ya todos lo saben, menos tú y él.—admitió Marlene.