Capítulo siete.

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La saeta de fuego.


Hermione y Ronald se quedaron en la taberna un rato más, intentando saber o incluso comprender la historia que habían escuchado. Draco y Pansy ya se habían marchado hace más de media hora, pero las palabras de ambos seguían resonando en sus mentes.

Tal vez para Hermione, era mejor que Harry no quisiera vengarse o buscar a Sirius Black, conociéndolo sabía que él querría respuestas de la persona en cuestion. Ella comprendía que Harry podría llegar a enfurecerse, después de todo, todo el mundo parecía saber sobre la historia de su familia y el hecho de que nadie le haya explicado siquiera la razón por la cual no querían dejarlo salir al pueblo de hogsmeade, hacia que Harry se sintiera traicionado.

Ronald en cambio comprendería que Harry quisiera respuestas, después de todo conocía a Harry desde que entró al mundo mágico, y cuando lo conoció, él no tenía idea de quién era, o quienes eran sus padres. Lo recuerda yendo todas las noches a buscar aquel extraño espejo, dónde él decía que podía ver a sus padres, había visto en sus ojos el anhelo, y Ronald lo comprendió.

Y estaba de acuerdo con las palabras de Pansy.

Ronald no la conocía, y sabía que ella no conocía a Harry, no como él o cómo Hermione, incluso como Draco. Pero sus palabras se sintieron ciertas, y correctas.

Ella dijo sobre darle el espacio a Harry, para pensar, para que ordenará sus pensamientos y procesará toda la información que había recibido, y si Harry decidía perseguir a Sirius Black, él siempre estaría para cubrir su espalda.

— Herms, deberíamos volver.

— sí, vamos por nuestro amigo.

Ambos abandonaron la taberna y regresaron al castillo. Sabían que tal vez, Harry no estaría de humor para tratar con ellos, sabían también que debían dejarlo solo, para que ordenará sus pensamientos, para que pensará por si solo.

Draco sería de ayuda. Ese fue el primer pensamiento de Ronald cuando volvió a la habitación y encontró a Harry acostado en su cama con las cortinas cerradas.

Ronald sabía que Draco era especial para Harry, y no envidiaba la relación que ambos tenían, ese tipo de relacion donde el otro sabía exactamente lo que el otro haría incluso antes de decirlo; esa relación donde ambos confiaban ciegamente en el otro. Ellos eran así, tenían una historia que los unía y que nadie más que ellos conocía.

Ronald también había conocido a Draco, y sabía que era una buena persona, obviamente era elegante como todo un aristocrata de clase alta, pero no parecía odiar y denigrar a los "pobres" como él o a los muggles como Hermione, incluso ayudaba a la niña rara de Ravenclaw y a Myrtle la llorona. Draco no era una mala persona, y confiaba en él, por Harry. Además, apesar de que él desconfío desde el inicio de Draco, él siempre lo ayudo, apesar de todo, salvandolos mas de una vez.

Ronald no quería ser como sus padres o sus hermanos, que parecían odiar a los slytherin sin razón. Cuando vió a Draco con sus amigos supo que ellos eran normales, tenían sus reglas, por supuesto. Pero no eran diferentes, incluso se sintió tonto al creer que todos practicaban magia negra solo por pertenecer a la casa de las serpientes, odiaba haberles creído a sus hermanos.

— Harry, compañero.

Harry hizo un sonido ahogado, dándole a entender que lo estaba escuchando.

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⏰ Última actualización: Mar 27 ⏰

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