𝐴 𝑡𝑟𝑎𝑣𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎

✾ Capítulo IV ✾

El frío se colaba por las ventanas del edificio dando a notar la tormenta que se avecinaba a lo lejos en el cielo.

De nuevo era otro día en el trabajo en el que a pesar del clima la chica debía de estar presente a primera hora.

Con un gran abrigo que la refugiaba del frío, unos guantes que calentaban las manos y la bufanda de flores que recientemente le habían regalado, estaba lista para afrontar ese comprometedor día de trabajo, calentándose con un café recien hecho que le hacia olvidar que ponía su vida en riesgo durante su estancia allí.
El ambiente era tranquilo, más sin embrago, algo en su mente no la dejaba tranquila, como si debiera prepararse para algo.

Comenzó a revisar la lista de vecinos que estaban registrados en ese día para ponerse al corriente con lo que haría hoy, dejando todos sus pensamientos paranoicos de un lado, pues no merecía estar tan preocupada por algo que sentía todos los días.

Mientras tarareaba una melodía que parecía tranquilizadora para todo aquel que la escuchara, para ella más bien era una melodía de nostalgia.

Le parecía agradable recordar los días de armonía en su vieja casa, en los que no tenían que preocuparse por nada.
Ella siendo una niña que no percibía nada más, encerrada en su pequeña burbuja. Ahí de vuelta en su niñez, un sitio en el que se refugiaba de su realidad.
De la realidad que ahora vivía, y que no importaba la manera en la que lo viera, ella nunca podría escapar de ahí.

No tenía mucho que decir de su vieja vida, ni mucho menos quería recordarla, pero a veces era inevitable pensar en eso cuando no tienes nada más que hacer.

Tampoco quería pensar en su futuro, pues con lo que tenía ahora era más que suficiente para pensar en futuros problemas en los que no quería carcomer su cabeza.

Y así, concentrada en acomodar todo lo relacionado con la administración del edificio, su recuerdo concluyó con un golpe de realidad en forma de su vecina Mía.

-Buenos días.

Apenas hace un par de minutos que había empezado su jornada laboral y ya tenía que lidiar con aquellos seres que la atormentaban día y noche, sin importar si ella estuviera en su trabajo o fuera de este.
Creía que al menos ese día podría ser tranquilo, pero ya veía que algunas veces no se puede evitar.

-¿Por qué no está en la lista de hoy?- Aunque estaba segura de que aquella cosa no era su vecina, aún así quería ver hasta donde llegaría esa conversación.

Mala idea.

No tuvo tiempo de reaccionar correctamente cuando el rostro de aquella "joven" se había desfigurado completamente a uno irreconocible.

Unos enormes dientes afilados que hicieron a su corazón saltar de horror y miedo al ver que sus sospechas eran ciertas y con ello el recordatorio de actuar lo antes posible para bloquear la ventana y llamar al D.D.D.