Capítulo 18

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DMITRY

Pero aún así nos fuimos del pueblo y nos transportamos con magia hacia el lugar donde todo había comenzado. El Palacio de la Diosa Luna... ir allí era una locura pero estaba dispuesto a todo con tal poder estar junto a la mujer que amo. Realmente deseaba terminar con esto de una vez por todas.

Miraba a Eliane algo nerviosa pero decidida a terminar la maldición.

-¿Cómo vamos a entrar al Palacio?-Ella sonrió.

-Primero buscaremos a unos antiguos conocidos, que espero que no hayan sido castigados por la Diosa o peor aún... asesinados.

-¿Te refieres a...?

-Así es, vamos a buscar a los Caballeros del Sol...

-¿Recuerdas dónde encontrarlos?

-Hasta donde recuerdo... juraron volver a vernos en cada vida y...

En ese momento sentimos una extraña presencia y esa presencia era...

-¿Liz la "Despiadada"?-Dijimos al mismo tiempo.

-Vaya... después de tantos años y aún me recuerdan que lindos. Es bueno verlos otra vez...

-Liza...-Eliane corrió hacia ella y la abrazó. Liza era una Caballero del Sol que Eliane y yo habíamos conocido en el primer intento que hicimos de romper la maldición. Ella era bruja mitad vampiro muy poderosa y letal cuando debía ser, era conocida como Liz la "Despiadada". Debido a que era cruel en batalla y mataba a sus enemigos con diestra y siniestra.

-No has cambiado nada, te ves muy bien.

-Tú también... ¿Iris? ¿O tienes otro nombre además de esta nueva apariencia?-Le preguntó.

-Mi nombre ahora es Eliane... y sí la apariencia también es nueva.

Liza tenía el mismo cabello rojo y rizado largo hasta la cintura, sus ojos eran del color de las esmeraldas y su mirada era amable y confiable, era delgada y muy bonita, además llevaba puesta la armadura de los Caballeros del Sol, llevaba puesto el peto que cubría su pecho y dejaba la línea de sus senos en forma de corazón, además de llevar las hombreras puestas que cubrían sus hombros y en los codos llevaba coderas y los brazaletes que cubrían sus antebrazos. Sobre su espalda llevaba su espada que tenía el mango con forma de serpiente de color azul. Y finalmente llevaba botas de combate negras.

-¿Van a buscar las gemas de sus maldiciones?-Nos miró como si estuviéramos locos, cuando le explicamos todo lo ocurrido y lo que íbamos hacer.-¡¿Están locos?! ¡Murieron intentándolo... cientodieciocho veces! ¡cientodieciocho!-Dijo alterada.-¿Están seguros de esto?-Asentimos seguros de ello.

-De acuerdo, vamos... pero antes debo decirles que... los demás están ahora peleando justo por aquel camino hacia el Palacio, así que vamos a ayudar, ¿qué dicen?-Fuimos sin dudarlo, ya que los Caballeros del Sol son amigos y aliados que siempre nos han apoyado y por ende haríamos lo mismo.

(***)

ELIANE

Debíamos romper esta maldición en dos días y realmente deseaba que nuestros amigos volviesen y nos ayudaran como en cada vida juraron hacerlo y lo cumplieron hasta la muerte.

Llegamos a mitad del camino y vimos a lo lejos una llanura cubierta de sangre, ese olor... era metálico y penetrante. Pasábamos por un puente que era bastante inestable cuando me percaté de que algo no estaba bien y por lo visto no fui la única que lo notó.

Liza sacó su espada y dijo:

-Prepárense...-Asentimos en respuesta Dmitry y yo. Mis poderes emergieron de la punta de mis dedos, era una sensación de cosquilleo bastante gratificante dado que llevaba un tiempo sin usar mis poderes.

Y Dmitry desde hace un tiempo que no ha usado sus garras para pelear, noté en su mirada que estaba ansioso por usarlas y supe lo que eso significaba... pronto la maldición lo alcanzaría y luego a mí. No... no eso no, tenía que seguir adelante y cumplir con nuestro objetivo.

Entonces de repente alguien me tomó por detrás y me atacó. Me derrumbó en el suelo, haciendo que cayera sobre este.

-¡Eliane!-Gritaron Dmitry y Liza a la vez.

-Estoy bien, no se preocupen. No bajen la guardia.

En ese momento volteé y supe al verlo quién era.

-Eres tú...

Sus ojos color miel, sus labios color durazno, su mirada fría como el mismo hielo, su cabello castaño que era largo hasta las orejas y era muy liso, se parecía tanto a... Adam, mi querido hermano, lo único bueno que tuve en todas y cada una de mis vidas anteriormente.

-Adam... eres tú...-Me miró y dijo:

-¿Quién eres?-Me preguntó. La misma pregunta que siempre me hacía en cada vida, así que cerré los un momento y los abrí nuevamente mostrándole el color de mis ojos de loba, que era de color amarillo intenso. Su cara me lo dijo todo, supo quién era yo.

-Iris...-Fue corriendo hacia a mí y me abrazó.

CLARO DE LUNA I: LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora