Capítulo 36

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ELIANE

A la mañana siguiente luego de que Adam tuvo otra crisis, él salió de su habitación y estaba más calmado, más tranquilo y sereno. Era como ver a un nuevo Adam, sin embargo no me atreví a decirle nada hasta que él estuviera listo para hablar. Dmitry también tenía la misma opinión que yo pero... ninguno de los dos se esperaba que mi hermano dijera:

—Papá habló conmigo en mi sueño, anoche y dijo que debo dejar ir a Elizabeth y ser feliz con o sin Kathryn.—Estaba en la cocina haciendo café cuando nos dijo eso, tuve que dejar la tetera en la estufa e ir hacia a mi hermano.

—¿Cómo te sientes?—Le pregunté.

—Estoy mejor, sólo quiero... pensar un poco las cosas y estar seguro de lo que haré.—Lo abracé y me correspondió el abrazo.

—Gracias, hermana...—Rompimos el abrazo.

—Vamos tienes que comer algo, y no quiero oír un 'no' por respuesta.—Desayunamos y después de eso Adam se fue muy animado a buscar a Kathryn.

—¿Crees que esto salga bien?—Me preguntó Dmitry abrazándome de la cintura.

—Eso espero, pero sé que él podrá con esto.—Me dio un beso en la cabeza.

Estábamos hablando de otra cosa cuando de pronto tuve una extraña visión de Liza y Edward, y no era bueno. Dmitry me miró extrañado y dijo:

—¿Estás bien?—Me preguntó.

—Tuve una visión y no es bueno...

—¿Sobre Adam?—Negué con la cabeza.

—No, sobre Liza y Edward...

Me miró con preocupación y entonces decidimos ir a ver a nuestros amigos.

(***)

LIZA

Me desperté en medio del bosque con un espantoso dolor de cabeza, sentí algo húmedo en mi frente y al tocarla mis dedos se mancharon de sangre. Me había hecho un corte en la frente, me levanté del suelo con dificultad y me di cuenta de que traía la armadura puesta y ésta estaba cubierta de sangre y por el olor supe que no era mía sino de la persona que me atacó.

Entonces recordé que Edward no estaba y empecé a preocuparme. Tomé mi espada y fui corriendo desesperada buscando a Edward, no podía percibir su olor ni siquiera su presencia. La preocupación me estaba carcomiendo por dentro y sentía una terrible sensación de desesperación.

—¡¡EDWARD!! ¡¡¡¿Dónde estás?!!!—Grité.—¡¡¡RESPONDE!!!—Estaba desesperada. No tenía respuesta alguna y no sabía qué hacer más que buscarlo por mi cuenta. Sabía que él estaba cerca pero no sabía dónde y estaba volviéndome loca. Luego de casi veinte minutos buscando, finalmente lo encontré y estaba dentro de una cueva herido de su hombro pero estaba vivo y por fortuna llevaba puesta su armadura y eso lo protegió. Me relajé y fui hacia él, al verme se relajó.

—Te encontré... ¿Estás bien?

—Estoy bien, no te preocupes...—Me dijo cansado, miré su herida y no era grave.—Estás herida...

Sonreí tocando mi frente.

—No es nada, simplemente es una herida menor.—No le di prioridad a mi herida y me enfoqué en tratar la herida de mi pareja. Entonces rompí mi vestido azul oscuro del borde e hice un vendaje improvisado, lo puse sobre su hombro y lo apreté con fuerza, y él gruñó por el dolor a la hora de ajustar el vendaje.

—Lo siento, tenía que hacerlo.—Me disculpé.

—No te preocupes, hay que salir de aquí. Esa maldita desgracia puede estar cerca, hay que irnos.—Estuve de acuerdo y lo ayudé a levantarse.

Nos fuimos de la cueva e inmediatamente nos dimos cuenta de que salimos demasiado rápido del bosque, era raro porque cuando fuimos atacados no podíamos salir del bosque y la maldita que nos atacó huyó pero afortunadamente la herí lo suficiente como para hacer que esa miserable huyera como la cobarde que era.

—Vamos con Dmitry y Eliane, rápido. Tendré que usar un hechizo de teletransportación. Agárrate bien.—Se sujetó de mí rodeando mi cintura e hice el hechizo. Llegamos al pueblo y vi a Eliane y Dmitry afuera de la Posada de Kathryn.

Al vernos ellos se relajaron pero al ver la herida de mi frente y la herida de Edward se asustaron.

—¿Están bien?—Nos preguntaron preocupados.

—Estamos bien, debemos decirles algo... es muy importante.

—¿De qué se trata?—Preguntó Eliane preocupada.

—Fuimos atacados por una mujer con cabello rubio casi dorado lo llevaba recogido junto a una vistosa corona negra, su piel era muy blanca. Además, tenía unos ojos grises, fríos y penetrantes... fue aterrador.—Eliane y Dmitry se miraron y por sus miradas supe que no era bueno.

—Esa mujer... ¿tenía un sólo brazo?

—Sí, ¿por qué?

Dmitry suspiró pesadamente y simplemente lo dijo.

—Es la Diosa Eris...

—¿Cómo saben eso?—Les preguntó Edward.

—Porque leí el diario de Ágatha Whittaker. Y aquí está...—Dijo Kathryn al salir de la Posada con Adam a su lado y por sus expresiones supe que ya habían avanzado en su relación, pero dejé de lado eso y entonces Kathryn nos dio el diario y al leerlo sentí un espantoso escalofrío en todo el cuerpo.

—¿Por qué nos atacó entonces?

—No lo sé, pero lo vamos averiguar...

Estuvimos de acuerdo y entonces oímos una risa escalofriante y aterradora. Era esa mujer... estaba segura de ello. Sólo esperaba que el diario de Ágatha nos diera las respuestas que necesitábamos.

CLARO DE LUNA I: LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora