² 𝒕𝒘𝒐. anomaly

187 24 0
                                    





















𝑰𝑰. CH2, 𝒂𝒏𝒐𝒎𝒂𝒍𝒚.

 CH2, 𝒂𝒏𝒐𝒎𝒂𝒍𝒚

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

‧₊ ༉ . ❪ 𝑷𝑨𝑹𝑻 𝑶𝑵𝑬. ❫ ¨. ༢ ͎۪۫ ࿐




















𝑫𝑬𝑺𝑷𝑼𝑬𝑺 𝑫𝑬 𝑼𝑵𝑨 larga jornada de atender a los vecinos en la ventanilla de servicios, Harper Brown estaba absorta en su tarea.

𝑳a rutina la había agotado. Fue entonces cuando un hombre se acercó, con paso lento y mirada cansada, despertando su interés.

𝑺u piel morena estaba marcada por el sol y el cansancio. Las ojeras bajo sus ojos parecían profundas trincheras de fatiga.

𝑺in embargo, algo en su rostro llamó la atención de Harper. A pesar de sus marcados rasgos físicos, el hombre tenía una extraña atracción.

𝑬l hombre giró sus ojos cansados hacia ella y la saludó con un simple "Mmm, hola". Pasó sus documentos por la estrecha abertura de la ventanilla.

𝑯arper le devolvió el saludo amable, pero no pudo evitar preocuparse por su estado. —¿Se encuentra bien? Luce muy cansado —preguntó con genuina preocupación.

𝑳a voz del hombre, cargada de fatiga, respondió: —Sí... Fue un día duro. —Se recargó en la ventanilla mientras sus ojos escrutaban la apariencia de la pelinegra.

𝑳e parecía muy atractiva, pero sobre todo, demasiado joven para estar laborando en un lugar tan peligroso como aquel.

—¿Qué edad tienes? —inquirió el hombre, curioso. —Pareces muy joven para estar aquí. —Francis no solía entablar conversaciones con desconocidos, pero algo en la chica le intrigaba. ¿Por qué le afectaba de esa manera?

𝑳a pelinegra apartó la mirada de los documentos y le respondió con una sonrisa: —Tengo 25 años. Aquella simple respuesta hizo que la mirada cansada del hombre se tornara un poco roja.

𝑳a presencia de la joven lo había inquietado de alguna manera. Francis, a pesar de su extraña reacción, no podía evitar sentir curiosidad por la joven detrás del cristal.

—¿Por qué trabajas aquí? —preguntó, su voz ronca. —Este no parece el lugar donde una chica como tú elegiría estar.

𝑯arper se sintió vulnerable. —La verdad, es que necesitaba el trabajo para pagar mis estudios. Estoy a punto de concluir mi carrera, pero las deudas me acosan. —respondió Harper.

𝑭rancis no pudo evitar sentir lástima por ella. —La dura vida de los universitarios, hmm.—generó un ruido nasal—, ¿y qué estudias? —preguntó intrigado.

—Estudio Lengua y Literatura —admitió con timidez—. Es mi pasión.

𝑳a respuesta pareció sorprender a Francis. Le dedicó una pequeña sonrisa, y en ese gesto, sus ojos cansados se iluminaron.

𝒅𝒐𝒑𝒑𝒆𝒍𝒈𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓,                                         francis mossesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora