Dejamos su silla en su despacho y fuimos al funeral, estaba sentada en las sillas de enfrente, Storm decía el discurso mientras yo pensaba que había perdido a dos personas muy importantes en mi vida, pero en realidad eran tres.
Scott, Charles y Jean, con quienes había crecido y compartido recuerdos ya no estaban.
Guardaba las invitaciones de boda en una caja al igual que los álbumes, tomaba todas las fotos de las decoraciones y las acomodaba.Había muchas cosas interesantes, pero ninguna traería a Scott devuelta.
Salí recorriendo la escuela.
Cuando llegue a ver a Storm, Bobby, Logan, Hank y una chica de la cual no recuerdo su nombre.
—¿Qué esta pasando? —pregunte entrando.
—Quieren cerrar la escuela —informo Logan.
Reí sarcastica: —¿Por qué? ¿Por qué vivimos mutantes aquí?
Nadie respondió hasta que un chico rubio entró.
—Se que este es un mal momento —hablo—, me dijeron que este es un lugar seguro para mutantes.
—Lo era, hijo —respondió Hank.
Storm volteo a verme y asentí al ver la cara del chico de desilusión.
—Y aún lo es —respondió ella.
Sonreí y voltee hacia donde estaría Scott.
Cuando lo hice y estaba apunto de hablar en voz baja, borre mi sonrisa, ese "estaría" golpeó toda mi alma en desgracia y ocultando las lágrimas solo mire al piso, me di cuenta que aquel calor en la cintura no era su mano, era la costumbre de ellas, que nada me acariciaba mi espalda o me dirigía del cinturón qué me ponía solamente para que Scott pudiera maniobrar mi andar cuando iba distraída, recordé que yo también lo hacía algunas veces metiendo mi mano en su bolsa del pantalón. Me di cuenta que éramos menos en aquella habitación.
—Te buscaremos una habitación, Hank dile a los estudiantes que la escuela sigue abierta —informó Storm—, Natasha y yo nos haremos cargo.