Levite hasta Jean y con mi poder la empuje hasta el suelo, rodó unos momentos y se paro.Yo llegue levitando y con mis ojos rojos pronuncie con mucho dolor.
—Tu mataste a quien más amaba.
—Ni siquiera se quien eres —hablo el fenix.
—Lo sabrás.
Empecé a levitar con dos rocas a mi lado y se las lance, una la volvió escombro y la otra tuvo que esquivarlo a duras penas, ella también levito y mandándome una onda de su poder salí volando un poco, cuando ella estaba recorriendo el territorio con la mirada llegue por detrás y tocando su mente la metí en una pequeña ilusión, pero ella pudo meterme a mi también.
Estábamos en aquella casa de campo qué había soñado horas atrás, Jean parada delante de mi tomó la mesa y me la aventó, parecía que aquí no teníamos poderes respondí dándole una patada en su costilla, devolvió el golpe en mi brazo y yo le pegue en sus dos oídos para que perdiera el equilibrio, cayó frente a mi y dándole un golpe en la garganta volvimos a cambiar de escenario.
Solo que ahora ella tenía el poder.
Sus ojos negros me voltearon a ver y empezó a lanzarme ondas de energía, choque contra una pared y ella abrió todas mis extremidades jalandolas, me logre sacar cuando pude ver una piedra detrás de ella e hice que volará hasta casi tocar su mejilla, se distrajo un momento por la acción y yo caí al suelo recuperándome. Tomo mi cuello y con su poder empezó a levitarme, parecía que me destruía en pedazos y cuando realmente lo hizo, volvimos a cambiar de escenario.
En este parecía que estábamos adentro de un diamante, nos veíamos por los reflejos y viéndonos una a la otra Jean corrió hacia mi golpeandose con un cristal, se paro en medio de este y empezó a buscarme, yo con ayuda de los cristales me teletransportaba de un lado al otro y atinaba a con mi poder a golpearla en diferentes partes. Ella me tomo del cuello y rodamos por diferentes escenarios, de pronto la escena de los diamantes, después oscuridad y después volvíamos a la casa de madera donde mi pesadilla comenzaba, pero ni era el echo de estar con ella, era el echo de ver el cuadro de Scott en el día de nuestra boda.
Volví a atacarla como en el primer movimiento y lanzando un rayo rojo ella lo devolvió fuertemente, ninguna apartaba la mirada de la otra y atacabamos con tal fuerza que ambas nos estábamos deteriorando rápidamente, me di cuenta que esto acabaría con las dos muertas.
—Perdoname —pronuncie bajo y aumentando mi poder me levante tirándola al suelo completamente, ella soltó un grito de frustración e intento tirarme la casa de madera encima de mi, con un campo de fuerza a mis espaldas pude detenerlo fácilmente. Empezó a gritar demaciado fuerte aturdiendome y volvimos a la escena de los cristales donde ahora sin poderes peleábamos cuerpo a cuerpo, nos tomamos de los hombros y rodamos por el suelo llegando al cuarto negro, cuando un destello muy fuerte apareció y nos sacó de la ilusión completamente.
Ambas salimos impulsadas hasta el otro terreno, golpeandome fuertemente note que físicamente estaba más herida y los golpes que me había dado Jean realmente eran verdaderos, viendo al rededor vi que toda la isla estaba destruida.
Corrí como pude viendo a Jean levantándose apenas, sus ojos negros seguían igual, pero gotas de sangre salían por su cuerpo. Logan se puso frente a ella y apuntó de atacarla escuche algo que me dejó petrificada.
—¿Morirías por ellos, Logan? —pregunto Jean.
—No es por ellos —él respondio—, es por ti, por ti...
Sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas y suplico.
—Salvame.
Jean volteo a verme a mi y los pensamientos de ella llegaron a mi cabeza.
—Perdoname, Nat, perdoname.
—Te amo —Logan hablo y sacando sus garras apuñaló a Jean, pero eso no sería suficiente, escale hasta ellos y vi a Jean arrodillada ante mi.
De pronto ya no éramos adultas, éramos unas niñas de nuevo, como cuando nos conocimos y ella hincada aún en esa ilusión volteo a verme.
—Por favor —suplico la pequeña niña—, por favor.
Mi yo pequeña alzó la mano hasta ella.
—No quiero hacerlo —mi voz se rompió.
—Liberame.
Luego regresando a vernos normal, veía algo que Logan no, era ella en fenix, una criatura horrenda viniendo hacia nosotras y quería atrapar a Jean.
Con una última mirada y mis lágrimas callendo use una mano para disparar mi poder contra la fenix, deteniendola lo que podía, pero era muy fuerte.
—¡No es suficiente! —me gritaba la otra Jean en esa ilusión, pero me di cuenta que realmente era lo que pasaba en su mente— ¡Tienes que acabarlo!
—¡Jean! —grite yo destrozada— ¡No me hagas hacerlo! —suplique.
—Eres la única que puedes.
—¡Ya no siento a Scott! —grite rota— ¡No lo siento en ninguna parte de mi! Y pides que acabe contigo...
Gateo un poco y puso mi mano en su cabeza.
—Te equivocas, siempre estaremos aquí... Mirame, eres la única que puede destruirme.
Negué.
—No lo haré.
—Por favor —volvió a suplicarme—, por favor Nat.
Sentí que el fenix estaba avanzando y mi poder estaba sediendo ante él ya que mis rodillas estaban temblando apuntó de caer de rodillas.
—Es ahora o nunca —y cerrando sus ojos, yo también tuve que copear su acción. Cuando mi poder salió aún más fuerte de ambas manos grite de dolor, desesperación, miedo, temor y vi como la Fénix empezaba a desaparecer poco a poco, pero con ella Jean también lo hacía. No aplicaba suficiente fuerza así que seguí con más potencia, con mi alma destruyendose a cada segundo. No apartamos nuestras miradas una de la otra, hasta que ella asintió hacia mi.
Y todo acabó en ese instante, regresando al mundo real Logan detuvo a Jean de la cintura y ella cayó en sus brazos, muerta.
Me tire al suelo destrozada. Garritas se arrodilló con ella llorando y grito de dolor abrazándola.
Todo acabó.
Todo acaba, pero cual es el costo que dejamos atrás, nuestra propia alma rota.