Capítulo 46. Estás mal

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Eloína se había logrado esconder bien en la escuela, pues no la volví a ver. Y en la tarde, yo había quedado con Emi de ir a la florería y luego a mi casa a cenar por lo que no pude ir a casa de Eloína, y me estuve torturando y preocupando la tarde entera hasta que mi familia por fin terminó de cenar y Emi decidió irse a su casa.

-Bueno, voy a limpiar la cocina. -Dije apurándome a dar la vuelta para lavar los platos y pronto quedar libre. Tenía que ir a hablar con Eli, pues ya le había intentado llamar por teléfono y no me había contestado.

-Como quisiera que Emi pasara más tiempo con nosotros. -Escuché a mamá decir de buen humor al ir guardando las sobras de su lasaña.

-Es una buena niña. -Oí a Jeff diciendo en lo que me acercaba los últimos trastes sucios. Yo tallaba cada plato con prisa y fuerza.

-¿No estás feliz de por fin tenerla de vuelta, cielo? -Oí a mamá preguntando cuidadosamente. Entendía que en realidad me estaba diciendo "Deberías estar agradecido de tenerla y dejar de pensar en Eloína"

-Claro mamá ¿Me pasas eso? -Pregunté señalando el refractario que ella apenas iba vaciando.

-Ah sí...-Dijo apurándose a terminar. Asentí poniendo los platos a secar, apresurado con empezar a tallar los vasos.

-¿Cuál es la prisa, amigo? -Rio Jeff asomándose a ver mis rápidas manos.

-Ah eh nada. -Negué, aunque no bajé la velocidad. Jeff me vio curioso, pero sonrió y se dio la vuelta.

-¿Decidiste el sabor del pastel? -Le preguntó a mamá, quien sonrió brillante, por lo que supe que hablaban de su boda. Así había sido antes y al parecer todavía. Mamá se iluminaba con la idea de por fin casarse con Jeff.

Una vez que terminé de lavar, me apuré arriba para bañarme. Y saliendo noté la llamada perdida de Ángelo y unos mensajes y fotos que me había enviado en las pasadas horas que yo había estado distraído.

8:32pm Ángelo:Irás a casa de Lau?
8:58pm Ángelo: Vienes a la fiesta?
9:22Pm Ángelo: Eli está aquí. Lau no invitó a Garret, ella está sola

-Eli...-Susurré apurándome por las llaves del auto. No me despedí de mis padres, ni siquiera les dije que saldría porque era jueves, a ellos no les gustaba que saliera de noche entre semana.

Llegué a casa de Laurence a las diez de la noche. Ni siquiera tuve que entrar a la casa, pues de inmediato noté a Whitney y Eloína afuera, recargadas de la entrada porque Whitney fumaba un cigarrillo. Eloína hablaba, pero yo no escuchaba lo que decían.

-Ey por fin llegaste, guapo, Ángelo estaba preguntando por ti. -Dijo Whitney al notarme. Eloína me había estado dando la espalda, pero se dio la vuelta. Y pude ver su decepción al reconocerme.

-Creo que Ángelo es el único que me quiere aquí. -Dije por la mala expresión de Eloína.

-Todos te queremos aquí. -Dijo Whitney confundida antes de regresar el cigarrillo a su boca.

-¿Sí? Ah oye Whit ¿recuerdas ese coctel de vodka que hiciste en una fiesta hace como un mes? -Pregunté. Ella se sacó el cigarrillo de la boca sonriendo.

-Quédate aquí. -Me pidió. Le sonreí y asentí.

-Gracias. -Le dije. Y ella me asintió también ya dándose la vuelta para entrar a la casa. Le había entregado a Eloína su cigarrillo porque Laurence no dejaba que fumaran dentro de su casa. Eloína tiró eso al piso y lo machacó con su botín blanco.

-¿qué haces aquí...? -Preguntó aun con la atención en su zapato.

-Laurence también es mi amigo. -Le recordé. Ella asintió un poco.

Mi AlecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora