El cercano catorce de febrero era una fecha la cual los tres amigos fingían repudiar por simple hecho de no tener con quien pasarlo, pero de igual manera no podían evitar ignorarlo porque la farándula hacía todo un programa alrededor de esa fecha, aun así pretendían que era un día más sin importancia. Aunque el único que no podía evitar guardar el sentimiento del amor, era Jorge.
Jorge escribía como un poeta cada día, cada hora, a cada segundo pero en San Valentín se entristecía porque tenía claro que su forma de amar no era la considerada correcta, y ver a tantas parejas salir como si nada, lo hacía deprimir profundamente. Él no estaba ni cerca de ser correspondido por su mejor amigo, y si el mundo se alineara mágicamente para hacerlo, nunca podrían salir como aquellas parejas.
El trece de febrero, se hacía actividades en algunos colegios como el suyo de mandar cartas con otros colegios donde aprovechaban los jóvenes ilusos y hormonales a mandarse frases y poemas copiados. Miguel, Claudio y Jorge nunca mandaban ni recibían nada, sobre todo porque no conocían a nadie, cuando iban a fiestas esperaban mágicamente encontrar el amor pero en verdad no lo iban a hacer nunca si no se animaban a actuar, cosa que no hacían. En verdad, muy pocos de su curso tenían una novia o algo así, eran de un lugar pequeño en el que las opciones no eran muchas tampoco.
Sin embargo, cuando las doce mostraron que era trece de febrero, Jorge seguía despierto contemplando si hacer o no lo que venía pensando hace rato. Tenía el papel en sus manos, pero su corazón latía y latía, y creía que en cualquier momento iba a infartarse. Había escrito después de varios borradores no muy diferentes a la versión final, lo siguiente:
"Claudio, eres el tipo más lindo que he visto, no sé cómo explicar lo mucho que siento cuando te veo. Enloqueces mis sentidos, con tus formas, que cruel destino... del de no poder ser viento para enredarme en todo tu cuerpo, ¿sabes que fue lo que te dio Dios, para provocar tanto amor? ¿Sabe él si alguna vez, tu magia me haga bien? De todas formas, decirte cosas lindas no serviría de nada, porque sin importar si es hoy o mañana, no podría decirte quien soy, solo tu fiel enamorada. Feliz San Valentín".
Leyó el verso varios veces, había tenido que tachar varias "o" para no asustarlo, le daba chiste tener que ponerse como una niña más, pero si eso era lo que tenía que hacer pues no consideraba que fuera un gran daño. Pero imaginaba que pasaría si Claudio supiera que el de él carta. Aun así, había una probabilidad inmensa de fracaso, así que prefirió jugar la segura.
Vio el papel de nuevo pero notó que su letra era muy obvia, y Claudio lo conocía demasiado así que sabría, incluso pensaría que sería una broma y sabría que él la habría escrito. Era cada vez más de noche, pero no le importó. Se quitó el bostezo y tomó una hoja en blanco limpia, quería que se viera lo más nítido posible, no sus hojas sucias de cuaderno arrugadas. Una vez que la consideró perfecta no puso nombre, puso el nombre de un liceo de chicas que conocía por ahí y la guardó en su maleta.
Durmió un par de horas pero aun así en la jornada de clases estaba la caja de cartas en un pasillo, esperando a que los alumnos hicieran lo suyo.
Jorge no sabía cómo acercarse sin ser visto, pero de igual forma esperó lo mejor que pudo, su corazón latía con ansiedad pero tenía planeado todo. En el receso estuvo sin problema con sus amigos como si nada, pero el timbre sonó y todos fueron amontonándose volviendo a sus aulas, dijo a sus amigos que iría al baño, que no tardaba nada, pero efectivamente se tardó. Esperó en el baño a que la gente se fuera reduciendo y aunque sabía que estaba tarde, el pasillo quedó vació con rapidez y con la carta en mano con todo detalle escrito metió la carta en la caja y sabiendo que nadie lo vio, entró a su salón con suerte antes de ser regañado por estar tarde.
Mientras la clase continuaba, lo tenía a su lado. Estaban en matemática, algo que a Claudio siempre se le hizo fácil, pero no era el mejor del curso pero era la única materia en la que lo podía vencer académicamente. Lo veía atender sin mucho interés pero era ágil para entender de igual forma. Jorge no se le podía quedar viendo mucho, así que se perdía en su mente viendo a un vacío pensando y fantaseando. Estaba pensando que no se la haya escapado ningún error, ninguna pista. Pensaba aterrado de mañana, tendría que fingir sorpresa, incluso fingiría molestarlo como seguramente lo haría Miguel. Lo vio un segundo con pena, no se esperaba nada de lo que pasaría pero aun así era un interesante experimento.
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Tal vez en Otro universo... (one shots).
RomanceColección de historias breves en que el romance entre Claudio y Jorge se presenta de distintas formas. Todas son historias sin continuidad.