Jorge fue a la habitación de Miguel y sin decir mucho se bañó, aliviándose un poco pero pensaba angustiado que haría. Pensó que hablar sería lo mejor, decir que era una desliz insignificante como con las miles de chicas. No había necesidad de decir más, no había sido grave, pensó Jorge aunque no tenía su memoria clara como para saber si había algo que omitía pero consideraba que al menos recordaba lo importante.
En ese día Claudio no se acercó, no lo miró a los ojos y las palabra que cruzó fue por detalles mínimos de la banda. Tenían un par de días hasta el siguiente concierto, pero ese par de días no eran libres. El primero tendría que hacer sus maletas y organizar todo para viajar en bus al menos privado a otra ciudad para el concierto.
Una vez en el bus Jorge hablaba con la gente sin mostrar su preocupación mientras Claudio más solitario se había sentado adelante con la excusa de estar cansado en la que su mente era un enigma para Jorge quien lo miraba de reojo pensando lo peor.
Claudio pensaba no solo en el acontecimiento sino en el porvenir, y las posibilidades. Sentía pena por Jorge, lo había botado pero también sentía miedo de él mismo no tanto de su atracción a hombres sino de su específico deseo a Jorge hecho realidad. Pensaba que siempre debió quedar como una fantasía nunca cumplida.
Mientras Jorge más triste, imaginaba desprecio, repudio y temor de parte de su amigo. Su claro discurso fue suficiente para saber que había hecho algo mal, Claudio era su amigo y haberlo tratado en la cama como con sus amantes de paso, se le hacía terriblemente humillante. Temía haberlo forzado sin querer, temía de su reacción actual de distancia. Su conclusión fue que una vez que ese bus parase sería de tarde e irían a sus habitaciones de hotel nuevas. En la noche lo buscaría y con distancia le diría que no se preocupe, que no volvería a pasar y que todo había sido producto del alcohol. Y si era necesario se disculparía por todo.
Cuando ese momento llegó, eran las once de la noche habían regresado de ir a comer y todos tenían sueño por los que estaban todos dormidos. Tenía miedo, demasiado, pero estaba decidido.
Se tardó casi media hora en salir de su cuarto para hacerlo pero cuando lo hizo, caminó rápido para no pensar y tocó la puerta de Claudio. Cuando lo hizo pensó en correr, como lo hacía de niño en el barrio jugando, pero sus piernas se quedaron quietas. Rogó al cielo que no abriera y decidió que si en tres segundos no abriera se iría corriendo y mientras contaba sin poder pestañar, en el momento que estaba listo para irse la puerta abrió y ambas miradas tensaron el ambiente como una soga.
Claudio no dijo nada, esperó que Jorge hablara pero estaba quieto y ese silencio le hizo acuerdo para que estaba ahí.- ¿Podemos hablar?- preguntó.
Claudio no pudo pensarlo mucho porque no quería hacerlo, quería que se fuera e ignorar todo, huir. Pero solo porque pensaba que Jorge no se merecía eso, aceptó.
- Sí, claro...
Jorge esperaba que lo dejara pasar pero al contrario Claudio salió y cerró la puerta atrás suyo.
Esperó que Jorge hablara y este dijo:
- De ayer... Perdón, por todo... Lo que hicimos...Por Dios, Claudio, ¿Podemos ir adentro?
Claudio tampoco quería que nadie los escuchara pero tenía miedo de estar los dos solos, tenía el presentimiento que por más disculpas y promesas no podría hacer mucho si Jorge se acercaba a él, incluso sin el alcohol.
- Ven.- dijo abriendo la puerta y entrando ambos.
- Estábamos los dos ebrios, tú sabes que a mí también me gustan los chicos y ayer fue solo un desliz, ¿Está bien? No quiero que sobre pienses las cosas, no podemos estar así en la gira, en el conjunto. Yo sé que tú no eres así, y ayer solo fue... Curiosidad, así que si estás teniendo una crisis personal, te aseguro que no es así... Lo sé, te conozco, ¿De acuerdo?
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Tal vez en Otro universo... (one shots).
RomantizmColección de historias breves en que el romance entre Claudio y Jorge se presenta de distintas formas. Todas son historias sin continuidad.