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                                 *
Mientras yo intentaba ser feliz, más largo se hacia el camino , más lento pasaban las horas , más triste se sentía mi pobre corazón , estaba echo en mil pedazos por no tener tu amor ...
                                 *

El sol se colaba por mi ventana. Cris la abrió.

—Anna, es más de mediodía y aún sigues durmiendo. ¿Te traigo algo, agua, comida o una pastilla? —quiero vomitar, siento martillazos en la cabeza.

Traía el estómago revuelto. Salí disparada al baño. Ahí estaba yo, tirada en el piso, destruida, no podía creer que la resaca me ganó.

—Tía Sara salió, ahora soy yo la que cuida de ti—. Cris, ayúdame a ir a la cama por favor.

—Vamos, rumbera.

Cogí el teléfono.

Jeff:

—Buenas noches, Anna. Vi tu foto, me volví loco con semejante mujer. ¿Te he dicho lo hermosa que eres? Cuidado con ese chico, soy el único amor de tu vida, ten bonita noche, espero verte pronto.

—Buenas tardes. No contesté antes porque estoy muriendo con la resaca. JAJAJA, es mi novio, pero si quieres puedes ser mi amante en secreto. 😏

—Ya me había preocupado por ti. Pásame tu dirección. Lo prohibido sabe mejor. Aunque claro está, saldrás enamorada de mí.

—www.googlemaps... —como digas, Jeff.

—Cris, llévame a la ducha. Te cambié muchos pañales, es hora de devolver el favor. Nada en esta vida es gratis.

Sin duda alguna, la ducha había mejorado mi estado, me coloqué un suerte me llega hasta los muslos.

—Anna, un chico guapo dice ser mi cuñado. Baja— no era posible, en serio se atrevió a venir.

Bajé las escaleras como pude.

—Hola, Jeff—. Tu estado es espantoso. Estás deplorable, estaba ganándome a mi cuñadita.

Cris tenía un montón de dulces.

—No me digas. Me cambiaste por esa porquería, Cris, no valgo nada para ti—. Negocio es negocio, dice.

—Deja los celos, para ti también traje algo.

En una caja había bombones de chocolate, pastillas para el dolor de cabeza, un almuerzo a su lado y mi ramo preferido.

—Lo acepto, pero podrías esforzarte más.

—Poco a poco señorita.

Bueno, yo los dejo, voy a ver mi programa preferido.

—Me agrada tu novio, Anna, guiña un ojo.

No sé a quién salió tan pícara esa niña.

—¿Quieres subir a la habitación? —claro.

Al subir al primer escalón, me mareé.

—Ven, me cargo como un costal. En su otra mano tomó las rosas con la caja. A este paso, iba a quedar empapado de vómito.

—Yo podía sola —se nota, deja el orgullo por una vez en tu vida, soy tu super héroe personal, llegó para ayudarte y rescatarte en los momentos más necesarios.

Hizo que comiera, aunque me opuse. Terminó dándome la comida en la boca con forma de avioncito, tomé la pastilla y el dolor era menos.

—No pensé que vinieras realmente —por ti haría cualquier cosa, Anna, mataría, estafaría, te daría mi vida si es necesario.

Todo lo que no puedo ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora