Observo el reloj digital reflejado en la computadora, el lapso de tiempo que separa mi turno de trabajo y el de mi casa parece detenerse. Parpadeo lentamente al unísono de los segundos fluyendo en aquella sala esterilizada, la lámpara con luz LED blanca quema las partículas de mis pupilas, provocándome un sueño inevitable. A este punto del turno, me cuesta mantener mi conciencia enfocada en la pantalla azul, así que mis pensamientos comienzan a nublarse y a rebotar en mi cráneo cual pelota de ping-pong.
-Señorita Zitairy- su mano aterriza en mi escritorio azul, el golpe hace que mi cabeza se sacuda al igual que las cuencas de mis ojos, entrando en un mareo desagradable. Mi vista se enfoca en una mujer de tez pálida, cabello bitumen y arrugas pronunciadas. "Mierda, de nuevo mi coordinadora", pienso. "Y de nuevo llamándome por mi segundo nombre". Detesto mi segundo nombre, un nombre extraño (a pesar de dónde vivo) y con un significado todavía más extraño. Por obvias razones siempre preferí mi primer nombre "T/N". Suena más dulce, más fresco, al contrario de Zitairy, que me evoca la imagen de mi madre, una mujer extremadamente fría y devota. En fin, todo eso pertenece a mi pasado. Ya soy una adulta con un trabajo estable, jamás volveré a vivir aquellos infiernos que experimenté en mi infancia, solo, a veces me gustaría no tener una coordinadora que me lo recordase todo el tiempo.
-Es T/N- murmuro con los ojos cerrados tratando de escapar de aquel mareo.
-¿Uh?, ¿qué dices Zitairy?- La mujer acerca su rostro a mí, puedo sentir su cabello filoso rozando mi frente.
-Me llamo T/N- respondo exhaustivamente intentando contener el bostezo delante de ella.
-Ah- la mujer sostiene mis hombros con sus manos perfectamente alineadas. -¡Anímate! ¿Quieres? ¿O acaso no estás emocionada por el viaje de mañana?-
Amaba viajar, sin embargo, este era un viaje de negocios de 12 horas. Eso involucraba el camino en carretera de 4 horas y un ciclo de pequeñas siestas incómodas combinadas con el fuerte dolor de cuello y las ganas incontrolables de orinar cada 50 minutos. De solo pensarlo, mi tic en el ojo derecho comienza a regresar.
-Los chicos de planeación y yo nos pusimos de acuerdo para reunirnos en mi casa a las 5 am. De ahí, mi esposo se encargará de llevarnos a la central. Si no tienes a nadie que te dé un aventón, te estaremos esperando en mi humilde morada- la mujer se despide golpeando levemente mi hombro. Suspiro lentamente. "Al menos ya no tendré que preocuparme por encontrar un taxi a esas horas de la madrugada."
Observo a lo lejos a mi mejor amiga "N/A", como siempre tiene una mirada de preocupación maternal con ternura combinada, se encoge de hombros y puedo leer su mente. "Mucha suerte T/N", la necesitare.
Al salir del trabajo y por fin llegar a la recepción del edificio donde se encontraba mi departamento, mi celular comienza a vibrar. "Mejor amix :)" reflejaba el contacto en la pantalla del celular seguido de una foto donde estábamos juntas reunidas en un alegre picnic. "Justo a tiempo", pienso. -Hey N/A, gracias por llamar- respondo el teléfono mientras busco las llaves de mi departamento en la mochila. -No hay problema- responde pacificamente -tan pronto como supe del viaje sabía que necesitarías de mis servicios- la dulce voz de N/A tenía el mismo efecto que un analgésico, estoy agradecida de tener una mejor amiga en esta etapa conflictiva.
-Gracias linda, prometo no dar muchos problemas, solo necesito alguien que pueda alimentar al catillo de Miauricio, y también cambiar su caja de arena-
-Lo sé, considero muy placentera la compañía de tu dueño el bigotón-
Encuentro las llaves en el fondo de la mochila. Al comenzar a subir las escaleras, observo a lo lejos a la casera, la señora Suzie, me saluda amablemente como todos los días.
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The weakest sun (Baldur's Gate)
FantasyT/N una joven mujer desafortunada es víctima de un ritual sangriento aunado a la conexión de su madre, quien desde su concepción la había bautizado como la portadora y reencarnación de selune, doncella lunar, su destino estaba marcado por una muerte...