Me encuentro en el mismo estado deplorable, una completa oscuridad que comienza a desgarrarse con colores nítidos, un color cobrizo que solo puede asemejarse a mi dolor físico. Quizás se estaba materializando en mi vasta memoria como otra alucinación, o quizás... estaba volviendo a recobrar conciencia. Cualquiera de las dos opciones me resultaba desagradable; odiaba la idea de volver en sí y encontrarme en la misma situación, en un callejón sin salida. A este punto de mi vida, prefería escapar, correr entre la estática oscuridad, envolverme en ella como una manta cálida en las noches de invierno. Sin embargo, algo me demostraba que aquel no había sido mi final.
Siento mi pecho intacto subir y bajar, mis labios secos que se quebrantan al intentar separarlos, y la totalidad de mi rostro arde en calor, el calor de algo que creí jamás volver a sentir. ¿El sol? Mis pestañas y mejillas son salpicadas con lo que parecen gotas de agua salada, mientras las pupilas se abren paso envolviéndose en el sonido de las débiles olas de mar, entre los flashes y puntos ciegos, observo un hermoso cielo azul.
¿Sigo muerta? La migraña ocular y mis náuseas me comprueban que no es así. Mi tormento continuaba indefinidamente; sin embargo, no había nadie a mi alrededor más que la melodía fantasmal del agua cristalina, mezclada con el caos de lo que parecían las ruinas de una estructura anormal.
Me mantuve tres minutos observando el ambiente, memorizando las plantas acuáticas, los árboles, algo que pudiera reconocer, hasta que viendo el acabado metálico de la gigantesca chatarra me percaté del patrón, que precisamente no era una casualidad: las gigantescas espirales enterradas en la arena se asemejaban a los tentáculos.
Brinqué de golpe y observé en un panorama completo, la nave donde había sido violentamente expulsada por los aires. Mi memoria se completó pieza por pieza como un perfecto puzle alienígena. Yo había estado ahí dentro, entre esas paredes forradas en piel, junto a esa hiena. Limpié el sudor de mi nuca solo para crear una asquerosa masa de sudor y arena. No sé si sea buena idea bañarme en el mar; resecaría aún más mi piel y debo encontrar agua pronto, especialmente para consumir.
Varios metros recorriendo la orilla, encontré varias huellas marcadas que contenían cenizas provenientes de aquel nautiloide gigante. Con suerte, podrían ser de ella. Comparando con el tamaño de mi piel, no había mucha diferencia. No eran tan grandes como los del tiefling de la espada ardiente, tampoco eran las de algún animal o bestia que yo recordase. Probablemente esta buscando alguna marca de civilización al igual que yo. Bien, ya tengo por dónde comenzar esta travesía.
Guiándome por el sendero y el cadáver de un joven pescador, encontré una barca con algunos suministros. Pero lo que hizo brillar mis ojos fue el contenedor de lo que parecía agua fresca y limpia. Regresé a la vida al sentir aquel líquido puro recorriendo mi pecho. Moje mi barbilla y ropa, sin tomarle importancia, seguí bebiendo como desquiciada hasta que escuché unos golpes a lo lejos, provocando que me exaltara y el agua saliera expulsada por mi nariz.
Guardé con rapidez una daga de hueso, probablemente el colmillo de algún animal acuático, y una cuerda algo deshilachada. No tenía en mente luchar en lo absoluto, ni con las criaturas humanoides que tenía la desdicha de cruzarme en su camino, o las extrañas clases de animales que habitaban por aquí. A pesar de todo, y aunque debería estar cagándome de miedo en estos momentos, me sentía aliviada. Aliviada de seguir con vida, de tener el control de mi propio cuerpo. Tenía a mi disposición un recipiente hecho de un material raro que conservaba el agua fría. La cantidad al menos me duraría dos días más, suficiente para encontrar un río cerca de aquí. Un cuchillo de dudosa procedencia para cortar todo lo que me llevara a la boca y una daga para subir a los árboles más altos, amarrarme y dormir lejos de cualquier depredador que tenga cuatro patas. Ya había observado unos cuantos árboles de gran altura entre las pequeñas montañas a mi alrededor.
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The weakest sun (Baldur's Gate)
FantasiaT/N una joven mujer desafortunada es víctima de un ritual sangriento aunado a la conexión de su madre, quien desde su concepción la había bautizado como la portadora y reencarnación de selune, doncella lunar, su destino estaba marcado por una muerte...