Al día siguiente, Rodrigo había olvidado que Iván lo anotó en buceo. Le tenía un poco de pánico al fondo del agua, pero Buhajeruk se las ingenió para hacerlo salir de la cama y arrastrarlo hacia el muelle.
Una vez allí y con la ropa adecuada, Carrera dudó muchísimo en si entrar al agua o no.
–No puedo hacer esto, es muy profundo–dijo asustado.
–Dale, si podés. Vos podés hacer lo que sea–habló con una sonrisa que pareció convencer al más bajo, se adentraron a un bote que los llevó hasta cierto punto del agua, donde Rodrigo se lanzó y nadó hasta lo más profundo.
Luego de unos minutos, salió hacia la superficie, mirando directamente al pequeño bote.–¿Por qué no me hiciste hacer esto antes? ¡Esto es increíble!–gritó entusiasmado.
–¡No sé, Carrera! ¡Vos no me querés escuchar!–rió.
Después de una gran tarde buceando y haciendo cosas en la isla, llegó la noche, su última noche en esa isla que parecía ser el paraíso.
Ambos chicos estaban en la playa, bajo la luz de las estrellas y un pequeño parlante que reproducía música. Rodrigo miraba el cielo, miraba el mar y lo miró a Iván.
–No quiero volver a casa... esto, esto fue lo mejor–dijo con una sonrisa enorme–¿estás feliz de haber venido?
–Sí–habla mirándolo como si fuera la obra de arte más hermosa del mundo, y es que para Iván, Rodrigo lo era todo.
El castaño bailaba, se mostraba feliz, mientras Buhajeruk reía por los pasos sin sentido que hacía. Carrera se acercó hasta él.–Vos... sos increíble, Carrera.
–Bueno...–mordió su labio inferior y con cuidado se sentó en su regazo, acercando sus rostros y formando un beso, que fue interrumpido por el azabache.
–Tengo que decirte algo–comenta con la voz un poco rota.
–Ya lo sé, sé lo de Suiza. Hace meses que lo sé... Escuchame, sé que no es como hubieras querido, pero yo puedo hacerte feliz.–posó sus manos en la nuca ajena.
–No...
–¿Qué?
–No, Carrera. Sé que esta podría ser una buena vida. Pero no es mi vida. Ni siquiera es parecida. No me viste antes. Yo amaba mi vida, en serio. No soy el tipo de hombre que solo acepta esto.
–No le estás dando una oportunidad. No me estás dando a mí una oportunidad. En estos seis meses me convertí en otra persona gracias a vos.–Las palabras de Rodrigo eran como un puñal en el corazón de Iván.
–Ya lo sé, por eso no puedo atarte a mí. No quiero que te pierdas todas las cosas que otro podría darte–su garganta hacía notar un nudo–y soy egoísta, pero no quiero que un día me mires y sientas arrepentimiento o lástima–frente a él, los maravillosos ojos verdes comenzaron a lagrimear.
–¡Nunca sentiría eso!
–Eso no lo sabés... no puedo verte caminando por el anexo con tus locos conjuntos, o verte desnudo y no... no poder... dios, Carrera, si supieras lo que tengo ganas de hacerte ahora mismo.–Rodrigo comenzó a sollozar.–No puedo vivir así.
–Por favor, Iván, por favor.–hablaba entre llantos.
–Escuchame. Esto... esta noche, poder estar con vos es lo más maravilloso que podrías haber hecho por mí.–No sabía cuánto más podría contener las lágrimas–pero necesito que esto termine acá. No más dolor ni cansancio, ni levantarme cada mañana deseando que se termine. No voy a mejorar. Los doctores lo saben, yo lo sé... Cuando volvamos, voy a ir Suiza–Rodrigo negaba con la cabeza–así que te pido que, si sentís lo que decís sentir, vengas conmigo.
–¡Pensé que estaba haciéndote cambiar de idea!–el pecho de Carrera dolía, como si le hubieran sacado algo de dentro.
–Nada iba a hacer que cambie de idea. Les prometí seis meses a mis padres y eso es lo que les dí.
–¡No!–negaba con su cabeza, levantandose del regazo de Iván, roto por completo–no... no digas ni una palabra más. Sos muy egoísta. Te abrí mi corazón ¿y lo único que podés decir es no? ¡Y ahora, querés que vaya a ver lo peor que podrías imaginarte! ¿Tenés una mínima idea de lo que me estás pidiendo? ¡Desearía nunca haber aceptado este trabajo de mierda! ¡Desearía no haberte conocido!–aún llorando, se fue en dirección al hotel, dejando a Iván completamente solo.
–¡Rodrigo!–habló fuerte, tomando aire, aún con el nudo en la garganta, recordando la cara de Carrera, cada lágrima, cada palabra–¡Rodrigo!–gritó, aunque ya era inútil, el castaño se había alejado lo suficiente como para no escucharlo.
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𝔂𝓸 𝓪𝓷𝓽𝓮𝓼 𝓭𝓮 𝓽𝓲 - rodrivan
Fanfiction» adaptación de la película "me before you" Rodrigo Carrera, un chico enérgico y alegre, necesita un trabajo para ayudar a su familia a subsistir... Cambia por completo cuando comienza a trabajar como cuidador de un joven millonario, quien quedó pa...