III

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A Tweek le estaba sorprendiendo la actitud de Craig esa última semana. Aunque no era algo tan nuevo que digamos.

El lunes bajó a verlo, pero solo se pudo quedar media hora hasta que Craig le dijo que era momento de irse, y antes de que el ojiazul pudiese preguntar el por qué, Craig ya le había cerrado la puerta. El martes prefirió quedarse en casa. El miércoles se lo encontró en la escuela.

Muy pocas veces lo veía ahí. Butters codeaba a Tweek cuando pasaba el amigo con capucha de Craig. Al rubio no le importaba realmente Craig, pensaba que Tweek estaba de alguna forma obsesionado por el chico. Pero el que sí le parecía bien caliente era uno de sus amigos Kenny McCormick. De cualquier forma, hace mucho tiempo que Tweek dejó de saludar, o al menos intentar saludar, a Craig cuando cruzaban miradas. Aprendió después que no importase lo que hiciese, Craig tenía esa extraña manía de ignorarlo. Tweek creía estar bien con ello, pero en el fondo no podía engañarse, le hubiese gustado que Craig lo reconozca en frente de sus amigos.

El miércoles lo vio a lo lejos. Butters percibió la mirada fija de Tweek en un punto de la cafetería. Cuando se dio cuenta de lo que observaba, inmediatamente empezó a comentar del nuevo peinado de Kenny y de lo bien que quedaban con sus facciones. Tweek le preguntó acerca del atuendo de Craig, para desviar su atención. Butters respondió que no estaba mal, y siguió hablando sobre Kenny.

Tweek quería que Butters pensara lo mismo que él pensaba acerca del vecino. Y no lo lograba. Escuchaba a lo lejos la voz de Butters preguntándole por quién sabe qué, estaba muy concentrado observando cuidadosamente los movimientos del pelinegro, la forma en que movía los labios para hablar, al sonreír, al refutar al de su costado, al seguir sonriendo.

—Te diré a quién me recuerdas, Tweek— habló fuerte y claro Butters para atraer la atención de un sonriente Tweek —Me recuerdas a mí teniendo fantasías con Kenny

—¿Qué se supone que significa eso? – apartó por fin la mirada de Craig.

—Que si alguien no te conociera, pensaría que estás enamorado de él.

—¿Kenny?

—¡Craig!

Tweek sonrió relajado y sacudió la cabeza, pensando que era otra de sus bromas relacionadas a la sexualidad de Tweek.

Tweek no era homosexual. ¿O sí?

Observó a Craig una vez más. Fue en ese momento en donde cruzaron miradas. Fueron dos segundos hasta que Tweek le sonrió y Craig volteo ignorándolo deliberadamente. Le dolió, como siempre.

¿Acaso eso significaba que a Tweek le gustaba Craig? No, un amigo también puede estar decepcionado.

—Butters... ¿Cómo supiste que eras gay?

—Nunca me gustaron las chicas. — masculló mientras masticaba una hamburguesa.

Bueno, a Tweek tampoco le había sorprendido una chica hasta el momento. Pero eso le podía pasar a cualquier chico de catorce, ¿verdad?

¿Y qué si era bisexual? ¿Cómo podía saberlo? Se imaginó por un segundo cómo sería besar a Butters. No le causaba absolutamente ninguna emoción. Entonces se imaginó siendo besado por Craig. Rápidamente trató de distraerse con otra cosa antes de que su amigo descubriera lo sonrojado que estaba. ¿Por qué se avergonzaba?

De pronto, una voz estrepitosa irrumpió los pensamientos de ambos jóvenes. Trent Boyett era el responsable de una súbita mancha de kétchup por toda la ropa de Butters. Había embarrado la hamburguesa en el rubio tan rápido que ninguno de los dos pudo reaccionar correctamente. Trent se burló y se regresó por el mismo camino por el que había llegado.

I wanna be with you |Creek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora