© Cuatro

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El tiempo va cambiando constantemente, año tras otro hay cosa nueva de qué hablar. Otros ya pasarán la historia con su fuera como un ayer. De hecho ahora el mañana tal vez no exista. Todos pensamos así pero este desastre que no es natural ni sobre.

Mi nombre es Jake, tengo 25 años y sí, estamos en extinción gracias a la hora cero con cero segundos. ¿Cómo sucede? Nadie sabe. Soy el único hijo varón de cinco hermanas, mi papá es médico y mi mamá carabinera. Dirán que soy un afortunado de tener padres así, pero no... Ellos la mayoría de su tiempo lo tienen en su trabajo. Técnicamente, fui criado por una niñera.

Mi infancia fue un poco solitaria, ya que mis padres siempre estaban ocupados con sus respectivas carreras. Pero a pesar de eso, siempre me sentí querido y protegido. Mi niñera se convirtió en una figura maternal para mí, y siempre estuvo allí para mí cuando la necesitaba.

Pero ahora, en este mundo en ruinas, todo es diferente. La hora cero con cero segundos ha cambiado todo. La gente vive con miedo, nunca sabiendo cuándo ocurrirá el próximo desastre. Y yo, Jake, estoy atrapado en este mundo, luchando por sobrevivir.


- Joven su medicamento.

Soy asmático desde muy pequeño. Es una condición que me ha acompañado durante toda mi vida, y que me ha enseñado a ser fuerte y a luchar por mi supervivencia. Pero en estos tiempos, es muy complicado para mí. La ventaja de sobrevivencia ahora es muy poco posible, y mi condición de asmático no ayuda en absoluto.

Además, es obligatorio que cada hora debo inhalar mi medicamento, porque si no, definitivamente dejaría de existir. Es una realidad que me enfrento cada día, y que me hace sentir vulnerable y débil.

"No es mala idea de solo pensarlo" -ñ me digo a mí mismo, mientras pienso en la posibilidad de no sobrevivir. Aunque de cierta manera, quiero ser el humano que viva para contar la trágica historia de este mundo en ruinas. Mi deseo es sobrevivir, a pesar de todo.

- ¿Qué hora es? - pregunto, mientras busco mi inhalador y me preparo para tomar mi medicamento. La hora es crucial para mí, ya que cada hora es una oportunidad para sobrevivir un poco más.

—  10:55 joven.

Cuando me inhalo, es como si metiera una vida en mi pulmón. Es un sentimiento de alivio y renovación que me llena de energía y me permite seguir adelante en este mundo desolado.

"No voy a preguntar dónde están, lo imagino" pienso para mí mismo, sabiendo que mis padres están ocupados con sus respectivas carreras.

— Tus papás te quieren mucho joven, ellos siempre quieren lo mejor para ustedes"

Me dice mi niñera, intentando consolarme.

Suspiro pesadamente, preguntándome qué es realmente el amor y el cariño en este mundo tan cruel.

¿Qué es querer? Me levanto para ir a ver en la ventana un nuevo día destruido. Afuera está todo lo que dejó el tornado del día anterior, hubo varios muertos, eso se nos comunicó en la voz alta que se escucha en toda la ciudad.

¿Quién lo usa? Seguramente alguien con un importante rol de confianza. Nadie sabe esto excepto mi nana, que siempre ha estado allí para mí.

Cuando estoy estresado, uso un cigarro como un placebo, lo cual nunca encendí. Las personas suelen fumar por muchos motivos y momentos así me imagino que muchos no lo pudieron dejar. Yo, por mi parte, debo engañar a mi cerebro para calmarse del estrés, asegurándolo que jamás lo usaré de verdad.

Llamo a la señorita Lorena, dijo que hoy no podría venir porque tiene visitas. Lorena es mi novia de dos años, la conocí cuando estaba en un hospital. Aún me pregunto qué vio ella en mí para darme toda la atención.

¿Estará preocupada? ¿Le importaré ahora?

"Está bien... Tengo toda la mochila y todo listo para mí. Justo lo necesario para una persona sola" - me digo a mí mismo, preparándome para mi viaje.

"Me voy, mamá. Por lo menos puedo hablar con ella en la foto" - le digo a mi mamá, abrazándola y prometiéndole que volveré sano y salvo.

Así como mi tío decidió explotar en las afueras por una semana y así pueda descansar, mi mamá se negó muchas veces que hasta discutió con él para no permitirme ir, pero finalmente pude convencerla de que estaré bien, yo puedo demostrar lo valiente y tengo habilidad de resistir.

— Lleva esto, te servirá mucho en el camino. Vuelve pronto. ¿Estás bien?" — Me dice mi mamá, dándome un bolso de comida.

— Gracias, mamá pero como sabes no saldré por mucho tiempo.   — Le respondo, abrazándola y prometiéndole que volveré sano y salvo.

Así como Max, muchos jóvenes decidieron tomar el rumbo de salir a explorar. Con lo necesario y suficiente para vivir era lo que tenían al lado suyo.

23:57 hora. La hora cero ya estaba llegando en otro lugar.

Max instaló una carpa para dormir.

"10 segundos...

Prepara todo rápido.

Un perro con una imagen muy espeluznante venía así a él. Como no se dio cuenta no se dio a ninguna fija. Era inconsciente del peligro pero la suerte llegó en ese momento.

— ¡ Cuidado atrás tuyo !

El animal mordió su pierna izquierda con fuerza, lo dejó de inmediato en el suelo, inmóvil y sin movimiento. Max no puede permitirse pasar por sorpresas inesperadas. Raramente o solo en casos muy importantes pierde la conciencia, ya que siempre ha sido una persona muy fuerte y resistente. Sin embargo, en este momento, el dolor y el shock del mordisco lo han dejado sin fuerzas, y su cuerpo se ha rendido temporalmente.

La mujer dispara fuerte para ir en su ayuda. El perro zombie se asusta y corre lejos del bosque. Ella se acerca al cuerpo. Al sentir su calides cuando todo pulso se siente aliviada.

— Tienes mucha suerte, no todos podrán contar su historia" - le dice la mujer, mientras sostiene su cuerpo y lo lleva a su casa.

El bosque estaba silencioso, pronto iba a oscurecer. La mujer lleva el cuerpo en su casa para poder quizás darle algo lo antes posible o sucederá lo peor.

Al llegar, entra y toma el cuerpo. Su teléfono suena. Contesta:

"¡No tengo disponibilidad, llama mañana o nunca!" - corta.

Ahora mira de nuevo al muchacho:

"¡Ay, muchacho! Si superas que la vida de ahora está muy mal de lo que imaginas, de seguro no querrás vivir mañana".



Frases del día:

"El mundo es un libro y aquellos que no viajan leen sólo una página". - Agustín de Hipona.

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