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La emoción me invadió mientras pensaba en lo que había pasado. La idea de que mi vida no valía la pena para otros me había golpeado duro, pero al mismo tiempo, me había hecho darme cuenta de lo mucho que valoraba estar vivo. En un mundo lleno de peligros y desafíos, la supervivencia era un logro en sí mismo.

Miré hacia arriba, sintiendo una mezcla de gratitud y tristeza. Habían pasado más de 24 horas desde que todo había comenzado, y aún estaba vivo. Era un milagro, y lo sabía. Quería llorar, dejar que las emociones me consumieran, pero algo me lo impidió.

En lugar de eso, pensé en la mujer que había encontrado, la que había utilizado una extraña hierba para curarme. La hierba había sido idéntica a una hoja con siete puntas, y algo en mi mente me decía que era importante. ¿Por qué? No lo sabía, pero estaba decidido a descubrirlo.

- ¿ Estás consciente que no estás bien curado cierto ?

- Lourdes estoy vivo eso importa más, mi herida sanará poco a poco lo sé aún que debo cuidarme.

La mujer que me había cuidado y curado se había convertido en una figura maternal para mí. Aunque no era mi madre biológica, su comportamiento y actitud hacia mí eran idénticos a los de una madre que protege y cuida a su hijo. Su sentimiento protector hacia mí era palpable, y me hacía sentir seguro y cuidado. En un mundo que parecía haber perdido la compasión y la empatía, ella era un oasis de amor y cuidado.

- Siempre estaré agradecido por salvarme la vida pero a estos momentos ya no puedo no hacer nada.

La veo sonreír por fin después de tanto minuto sería viéndome pero sin juzgarme. - Está bien, asi son los jóvenes. Solo quieren vivir y disfrutar su juventud mientras afuera todo se vaya al carajo.

Asiento - Todo se puede ir donde quieran pero sigue la vida. Mamá una vez dijo " Aunque haya pequeñas aventuras habrá grandes momentos e infinitos recuerdos que estarán en la memoria de un ser humano "

- Tú madre tiene razón.

Me ajusté la mochila en la espalda y me despedí de Lourdes con una sonrisa agradecida. "Gracias por todo, señora Lourdes", le dije, intentando expresar la gratitud que sentía hacia ella. "Usted ha sido como una madre para mí en estos momentos difíciles".

Lourdes sonrió y me abrazó afectuosamente. "Recuerda, algún día me presentarás a tu madre", me dijo, con un brillo en sus ojos. "Quiero conocer a la mujer que te ha enseñado a ser tan valiente y determinado".

Me reí y asentí con la cabeza. "Lo prometo, señora Lourdes. Un día, usted conocerá a mi madre".

Con un último adiós, me despedí de Lourdes y salí de la casa, listo para enfrentar nuevamente el peligroso mundo exterior. Mi objetivo era claro: recuperar lo que había dejado tirado en el bosque, y visitar a mi madre. Estaba listo para cualquier cosa que se me viniera encima.

......

23:59 con 30 segundo

- La hora 00:00 se convirtió en el peor enemigo de la humanidad.

- No me sorprende. Cada hora ha sido enemigo de todos alguna vez pero estamos tan acostumbrado que pase tanto, y por eso perdió el sentido.

Anastasia se sintió un poco inútil mientras observaba a los demás miembros de la familia trabajar en diferentes tareas en la casa. Jake estaba reparando una herramienta, Mike estaba estudiando un mapa, y Marylin estaba organizando la despensa. Todos parecían tener algo que hacer, menos ella.

Decidida a hacer su parte, Anastasia se comprometió a buscar comida para la familia. Sabía que no quedaba mucho, y que era importante encontrar algo pronto. Miró el reloj y decidió que saldría en una hora, cuando la situación fuera un poco más segura. No quería encontrarse con ninguna sorpresa desagradable mientras estaba fuera. Con una determinación renovada, Anastasia se preparó para su misión de buscar comida.

- Los zombies animales aún están afuera. ¿ Habrá alguna manera de acabar con ellos ? - Pregunta un vecino del patio trasero quien vino apenas supo sobre una junta.

- La autoridad no está haciendo nada....

El ruido fue como un trueno, pero no había nubes en el cielo. Era un sonido profundo y retumbante que parecía sacudir el aire. Todos se quedaron en silencio, mirando hacia arriba con una mezcla de curiosidad y miedo.

00:00

La casa comenzó a sacudirse violentamente, los objetos se caían de las estanterías y el suelo parecía estar temblando bajo sus pies. El temblor era tan intenso que parecía que la casa se estaba derrumbando. Nadie se atrevió a moverse, todos se quedaron paralizados de miedo, esperando a que el temblor pasara. Pero afuera, algo más estaba sucediendo, algo que nadie podía ver ni escuchar, pero que parecía estar cambiando todo.

- ¡¡ Vengan por mi si pueden animales !! - Una soldado luchaba con los mordedores como lo llamaron algunos por solo salvar una niña.

Dispara a tres pero aún eran más. Comenzó el temblor nuevamente destruyéndose gran parte del edificio semi destruido. - ¡ Ayuda....tengo miedo ! - La niña con vista de 13 años de edad estaba en peligro en una escalera del edificio casi destruyéndose. Si diera un paso brusco podría caer justo donde los perros infectados.

- No tengas miedo niña, estarás bien si te mantienes calmada.

Jake quien estaba cerca ayuda también para matar esos animales. Eran cada vez más pareciendo no querer irse. - ¡ Atrás !

Detrás de ella venía cinco manada de perros bien grandes pero alcanzó darle uno por uno dejándolo herido en las patas para no caminar más. Jake se acerca a la niña estirando sus manos. - Estás bien, ven yo te atraparé.

Niega - ¡ Está muy alto !

- Si lo está, pero no vas a caer mal si me dejas atraparte ¿ Okey ? Anda salta.

La niña se sujetó con fuerza a la escalera, su rostro pálido de miedo. Jake sabía que debía actuar rápido, antes de que la situación empeorara. Se quitó la mochila del hombro y la dejó en el suelo, luego comenzó a buscar dentro de ella algo que podría servir para convencer a la niña de que saltara. Rebuscó entre las cuerdas, el botiquín de emergencias, el remedio y la comida, pero nada parecía servir para el momento. Jake se detuvo, pensando desesperadamente en una solución.

- ¿ Como te llamas ? - Se le ocurrió preguntar