•Bienvenido a casa•

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--no me puedes atrapar!-- gritó eufórico un niño pequeño mientras corria por un gran prado verde lleno de flores, entre esas resaltaban los girasoles. Su amigo, quien lo persiguió desde el castillo hasta el jardín, paró por un momento para buscarlo con la mirada, lo cual resultó dificil, los girasoles estaban en su punto más alto y sus pétalos amarillos podrán ocultar fácilmente a su amigo. Agotado, decide sentarse en el pasto, en algún momento regresará el contrario al ver que ya no lo persigue

--por que te sentaste? Aun no hemos terminado el juego-- justo como lo pensó, dijo el niño apareciendo detrás del azabache al lado de una gigantesca flor de girasol. Se veía enojado por no poder continuar el juego. Luego en su cara se forma una sonrisa, cualquier cosa puede significar que el ha ganado--te rindes?--

El azabache rodó los ojos --Sabes perfectamente que no conozco este lugar, jamás me rendiría de no ser porque te ocultaste aqui-- la risa del pelaje dorado no se hizo esperar, se acercó a su amigo y le ofreció su mano para levantarse --Eso es trampa, sabias?--

--mi juego, mis reglas, yo gané -- sonrió victorioso --ya que perdiste ahora te puedo mostrar esta parte del jardín-- comenzó a guiarlo entre las flores hasta encontrar un camino en el suelo de roca, el azabache mantuvo su mirada hacia el castillo, esperando que no los vean allí

--estas seguro que nadie nos verá? Se supone que debería estar ayudando a mi mamá-- preguntó aferrandose a la mano de su compañero

--Por supuesto que no, mi padre esta tan ocupado que nunca tiene tiempo de visitar este lugar, nadie tiene tiempo!-- dijo con tranquilidad, aunque para el azabache eso sonó muy deprimente --solo lo hace mi mamá, ella es la que mantiene vivo este jardín, y algunas mucamas, pero ninguna le da el toque que le da mi mami--

--si tu lo dices--

--no seas cobarde, tus padres no se van a enterar tampoco, aqui es un espacio prohibido para los guerreros, eso creo--

--Que quieres decir con que eso crees?--

--nunca he visto uno por aqui, como te dije, siempre esta solo, aqui podemos jugar con tranquilidad-- continuaron caminando por ese largo camino hacia el centro del jardín, Wukong paró de repente al tener enfrente un gran arbol de duraznos --mira Mac-- el nombrado levantó la cabeza para apreciar el arbol frente a el, parecia brillar entre toda esta naturaleza --Es hermoso, no crees? Quisiera probar esos duraznos, no se te hace agua a la boca?--

--prefiero los mangos, pero si, esta lindo-- se acercó al tronco para recostarse bajo la sombra por un momento, estuvieron jugando bajo la luz del sol todo el rato, sentia la cara arder, Wukong se sentó a su lado esperando alguna reacción de su acompañante. Este sintiendo la mirada fija en el decidió hablar --solo me querias mostrar esto?--

--lo dices como si no fuera la gran cosa-- se cruzó de brazos enojado, esperaba que su amigo tuviera una reacción más asombrada al respecto, pero parece que se equivocó, tal vez no sea la gran cosa ese bello arbol que su padre trajo

Macaque frunció el ceño al ver la acción de Wukong --agh... Que tiene de especial?-- tomó la mano de Wukong y lo giró con delicadeza --Wukong....--

--por si no sabias, estos duraznos son especiales... Vienen del reino celestial-- señaló el cielo con un dedo --Es demasiado obvio no crees? Te falla la vista?--

--aja...-- el mono no estaba entendiendo a que queria llegar

--Son magicos, Macaque!-- golpeó la cabeza de su amigo con su cola --quien los coma será inmortal! Indestructible! Poderoso! Te imaginas vivir para siempre!?--

-juntos En El Jardín- [Shadowpeach] LmkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora