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El joven pelirrojo no era tan malo como decían, la realidad es que era demasiado honesto y ese era su pecado, lo mejor y peor es que además de eso también era un buen mentiroso cuando se lo proponía y, por supuesto, no se dejaba mangonear por nadie.

Para ser un noble ya debería estar comprometido desde hace mucho «se le están pasando los años» decían, y su padre el duque Deruth lo había intentado comprometer tantas veces... por supuesto en todas había fallado, lo que había llevado al surgimiento del rumor que decía: «el hijo del duque era un omega estéril y con un olor asqueroso hasta para los betas» (porque si, también habían intentado comprometerlo con betas).

Cale, por su parte, procuraba ser ajeno a la preocupación de su familia, él planeaba vivir solo, alejado del mundo y recorrer el mundo cuando hubiera tiempo.

Era un viernes por la tarde cuando Cale había ido de incógnito al castillo del príncipe heredero, ellos eran amigos desde hacía mucho pero muy pocos tenían conocimiento de ello, dado que ambos eran conscientes de lo que costaría en términos de reputación.

Cale apenas había entrado a la oficina del príncipe y se había sentado frente a él cuando éste soltó:

―Tu papá vino hace un rato a pedirme ayuda para arreglarte un compromiso. ―El príncipe Alver apenas levantó la mirada, parecía estar muy ocupado con unos papeles.

Los labios de Cale temblaron y lentamente comenzó a soltar una risita.

―Y ¿te negaste? ¿Verdad?

―Cale, tu padre realmente parece preocupado...

El mencionado soltó un suspiro.

―Ya le dije incontables veces que no quiero casar-

Alver lo interrumpió.

―Hazlo.

Cale notó como el príncipe hacía sus papeles a un lado y centraba su mirada en él, ahora sus codos estaban sobre el escritorio y sus dedos cruzados.

―Acepté ayudar a tu padre porque se me ocurrió algo, ―Lo que sea que fuera, Cale tuvo miedo. La mirada fría y la sonrisa le revelaban que era algo para su beneficio. ―¿sabes cuál es el tema del momento entre los nobles?

―... ―Cale no tenía idea y no le importaba.

Alver soltó un suspiro.

―¿conoces a Choi Han?

―Si, o sea sé quién es.

'¿Quién no ha escuchado de él?'

Choi Han era tan amado por la gente, siempre que lo mencionaban iba acompañado de una buena expresión, los niños querían ser cómo él y el joven siempre demostraba estar dispuesto a ayudar. Era imposible no saber quién era.

―Los nobles están furiosos por la fama y atención que está recibiendo últimamente. Quiero que te cases con él.

―¿Qué?¿Por qué? Le daría una mala imagen, ¿También tienes miedo?

El príncipe negó con la cabeza.

―Es cierto que creerán que está en declive si se casa contigo.

―...

―... pero eso no pasará. Confío en que este matrimonio servirá mucho, tu reputación mejorará, tu familia estará tranquila y yo podré tener vigilado a Choi Han a través de ti.

―¿Qué tontería es esa! ―Por inercia se puso de pie.

―Le prometí a tu padre que ayudaría, solo si tu aceptabas al candidato. Acepta a Choi Han.

midnight ; choicaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora