I Wanna Be Yours (Itasasu-Omegaverse)

•Capítulo IX•

La propuesta de Itachi me había desconcertado en su totalidad.

No me imaginaba estudiando, nunca tuve esa oportunidad y aunque no quería parecer un idiota tampoco quería entrar a una escuela desde el principio, sería vergonzoso, tenía dieciocho años, no cinco.

Pero ahora, esperándolo sentado sobre el sofá mientras él iba a "investigar" sobre un instituto para él, no sabía qué hacer.

No quería rechazarlo tampoco porque sabía que era lo que Itachi quería, Itachi quería que estudiara.

¿Para qué?

Solté un respingón cuando los labios de Itachi me acariciaron el cuello, me ruborice.

—No me fijé en que habías llegado, ¿Cómo te fue?—Pregunte, pasando mi mano por su cabello y él mordió mi cuello, mis mejillas ardieron y jadee.

Se separó de mí dando la vuelta al sofá, y sentándose a mí lado suspiro.

—Bien, tenemos tiempo.—Dijo. ¿Tiempo, tiempo de qué?

Lo mire sin entender y me acaricio el muslo.

—De que estudies, hablé con la directora de la universidad donde me gradué, y le pregunté si podías entrar ahí, me dijo que si pero que para Octubre, que comenzarás un nuevo lapso con los demás.—Explico. Asentí sin prestar mucha atención.

¿Los demás? ¿Más personas? La cabeza me daba vueltas.

Yo no estaba seguro, tenía dudas.

—Ita...—Llame. Él volteó a mirarme.—¿Es necesario qué vaya a la universidad? Digo... Nunca fuí, ¿Por qué tendría qué hacerlo ahora?—Dije.

Él no me respondió.

—No estás obligado a ir, solo... Pensé que querrías hacerlo.—Dijo. Me alegro de alguna manera que no estuviera molesto.

¿Quería ir? No.

Quería quedarme aquí, nada más esperando a Itachi.

Pero...

Me causaba curiosidad de alguna manera, no había tenido la oportunidad de ir nunca y pensar que ahora podría hacer algo que me negaron me llamaba la atención sin duda.

¿Qué debería hacer?

Itachi se me subió encima, haciendo que mis orejas ardieran.

Me besó el cuello y... Amaba que me mordiera las clavículas.

—No tienes porque estresarte ahora, puedes decidir más tarde, ¿No?—Dijo. Y me miró con sus ojos tan oscuros, acaricie su mejilla y negué con la cabeza.

Él me miró confundido.

—¿No? ¿No de, no quiero pensar ahora ó de, no quiero ir?—Pregunto.

—No... O sea digo... Si, si quiero ir.—Dije. A Itachi eso le hacía feliz y la curiosidad me estaba matando.

Él sonrió y beso mi mejilla.

—Felicidades, pequeño. Tenemos mucho que estudiar.—Dijo. Y yo asentí.

En ese momento si hubiera sabido lo mucho que tenía que estudiar talvez hubiera rechazado totalmente la idea.

•

Itachi solo hablaba y hablaba.

Que fastidio.

Hace tres semanas que habíamos comenzado a estudiar y me pareció demasiado fácil.

E Itachi decía que tenía una letra bonita sin necesitar caligrafía.

Todo estuvo bien, las sumas, restas, divisiones, multiplicaciones.