•Capítulo II•

631 47 7
                                    

Frunció poquito su entrecejo.

Y suspiró.

Se removió incómodo.

Y abrazo algo muy suave.

Se encontraba sobre una nube tan suave, tan magnífico, estaba fascinado, le gustaba.

Dio algunas vueltas hacia la derecha, sin saber en realidad sobre que se encontraba.

Se sentía en el cielo.

Tan suave.

Calentito.

Y acogedor.

También había un olor que emanaba de la nube en la que se encontraba.

Esto no le duro mucho.

Cayó de su nube.

Al caer abrió los ojos y se levantó de un brincó.

Miro a los lados.

¿Dónde estaba?

Era enorme.

La suave luz de la hermosa mañana se asomaba delicadamente por las cortinas.

Camino y las piernas le temblaron cayendo al suelo de rodillas.

Con un poco de esfuerzo se levantó del piso.

Y camino tambaleante a una puerta de madera.

Cuando la abrió resultó ser un baño

Era enorme igual que la habitación.

Entró despacito a el baño.

Miro hacia la ducha.

Era enorme poseía una bañera blanca grande toda la cerámica de allí era blanca aunque habían algunos tonos en gris y color crema, dándole un aire bastante acogedor.

El lavado era grande también y no se había fijado mucho en ello pero debido a la calefacción ¿Talvez? Tenia un poco de frío y la cerámica estaba fría debajo de sus descalzos pies.

Salió del baño y miro la cama desarreglada, era una cama enorme.

Aquí no sentí tanto frío talvez por qué el piso era de madera.

La habitación también se sentí acogedora y agradable.

Esta también estaba compuesta por la misma paleta de colores que el baño.

Luego miro hacia su izquierda.

Había otra puerta.

Camino despacio hacía ella.

Y la abrió.

Era un Pasillo.

No tenía que caminar mucho para llegar a las escaleras.

Camino hacia ellas.

Bajo delicadamente las escaleras de aquella casa que hasta ahora le seguí pareciendo enorme, demasiado grande todo aquí para el, se sentía pequeño y débil.

Aun así eso no le hacía sentír incómodo o con miedo al contrario se sentí extrañamente protegido.

Cuando bajó las dichosas escaleras no pudo evitar olfatear.

Olía delicioso.

Alguien estaba cocinando.

El sabia cocinar.

Su padre le había hecho creer que si no sabía cocinar o limpiar no seria un buen omega para nadie, solo un idiota inútil.

Así que aprendió a cocinar.

I Wanna Be Yours (Itasasu-Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora