•Capítulo VI•

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Él era un asesino a sueldo...

Se levantó en la mañana, se dio una ducha y vistió lo más lindo que podía, quería verse bonito para él.

Pero apenas bajo, itachi comenzó a contarle todo, dejándole perplejo.

Llevaba un tiempo callado.

Sus labios estaban secos.

Abrió su boca, lamiendo su labio inferior, y apretando los labios cerrando con fuerzas los ojos.

—Sasuke... ¿No dirás nada?—pregunto Itachi.

—N–no... Tengo nada que decir, solo... Quiero estar contigo...—le dije, mirándole sonrojado.

No me importaba lo que hiciera.

Mientras estuviera conmigo. A mi lado.

No me importaba si era un asesino, el estaba conmigo y eso era todo lo que me importaba.

Itachi me miro con seriedad.

Con una mirada gélida.

Agachó la mirada y suspiro.

—Yo también quiero estar contigo, Sasuke...—dijo, haciéndome sentir extraño.

Y quise llorar.

Él se levantó de su asiento y extendió su mano hacia mi.

Yo la tome, y él me jalo hacía su cuerpo abrazándome.

Yo le correspondía.

Alze mi cabeza y el me miro sonriendo.

Para Itachi era nuevo, el hecho de querer estar de esa forma con alguien, nunca se involucraba con Omegas, solo sexo, no quería lastimar a nadie, al menos no, si no era por trabajo.

Era extraña la sensación de estar con alguien que no te teme ni huye de ti.

El pequeño Omega... Él era diferente.

Observando su sonrisa y sus mejillas sonrojadas.

Pero no quería ser egoísta, lo estaba poniendo en peligro con el simple hecho de dejarlo estar cerca suyo.

Lo miro con profundidad.

El Omega no solo quería estar con él, también era bellísimo, una nariz pequeña y perfilada, ojos grandes, pestañas largas que fácilmente llegaban a sus pómulos, labios rojos con el arco de Cupido perfectamente definido, a pesar de ser pequeños, eran carnosos, piel nívea y suave.

Sasuke era un Omega hermoso.

También valiente, se atrevía a estar cerca de él, confiando en que no le haría dañó.

Acarició su sonrojada mejilla, y acercó su rostro al del Omega, riendo de la mirada avergonzada del menor.

Y no se lo esperaba.

No se esperaba que el menor lo besara.

Que acercara sus pequeños labios a los suyos.

Abrió sus ojos sorprendido.

Apenas había sido un roce, se había apartado casi de inmediato.

Y como si me quemara me aleje, de él, frunciendo el ceño.

No quería asustarlo.

Sasuke frunció sus labios y de sus ojos corrieron lágrimas.

Lo había hecho llorar.

Carajo, si, le había asustado.

Se acercó a él.

Y el Omega lo abrazo.

I Wanna Be Yours (Itasasu-Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora