Eran más de las dos de las mañana, casi las tres y Carlos aún no llegaba a su hogar. Era extraño en el, si demoraba algo tal vez avisaba; además, ¿Por qué razón estaba tardando tanto? Si ni siquiera podía estar cerca de Leclerc, no había lógica que se hayan quedado a trabajar.Lo envió mensajes y llamó muchas veces pero nunca hubo respuestas. Las llamadas eran rechazadas y los mensajes leídos, esto era raro, bastante realmente.
No era desconfiado, en lo absoluto; pero, algo en el monegasco le inspiraba confianza. Lewis rompió su relación con George por Leclerc, Pierre rompió con Yuki por el, Albon con su pareja fue lo mismo, todos habían caído enamorados de aquel monegasco con tan solo unas palabras. Claro que Carlos no era ese tipo de persona, pero aún así le inspiraba desconfianza.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta principal fue abierta, dejando ver a un Carlos sospechoso o bueno, eso se imaginaba Lando.
— ¿Por qué no contestabas mis mensajes? —preguntó el menor ya de pie delante de él.
Era increíble la velocidad que tenía y lo imponente que se veía siendo tan pequeño, no tanto como Yuki, él realmente si daba miedo.
— Estuve ocupado, Charles hizo mal el proyecto que teníamos pendiente así que tuve que solucionarlo —soltó rápidamente, odiaba mentirle.
Era claro que odiaba hacerlo pero, no podía revelar el secreto de Charles, no le correspondía aunque fuera su esposo; Además, no solo lo hacía por él sino también por Jules ya que también era su secreto y la prioridad era el pequeño Bianchi en estos momentos.
— Por cierto, sino me ves en la oficina es porque tendré que ir al departamento de Charles. Cayó enfermo y no puede ir ni a la oficina ni venir aquí —se dió una pausa a si mismo y continuó—. Red Bull nos está pisando los talones y Binotto quiere que trabajemos juntos, así que tengo que hacerlo —hablo con desagrado en su rostro, tratando de sostener su mentira.
— Si... algo así oí.
Había oído a Max hablar con Binotto sobre la ausencia de Charles para los siguientes días, el monegasco había comunicado que faltaría por temas de salud. El holandés no podía visitarlo por propias órdenes del menor, pero le parecía injusto que cierto español gruñón sí pueda, lo detestaba.
— Realmente estoy muy cansado cariño —suspiró—. Te amo, descansa.
Dejó un casto beso en sus labios y subió a su habitación.
Su esposo definitivamente estaba raro.
[...]
El español preparó algunas cosas que quizás le pudieran gustar al pequeño, compró ropa y algunos objetos más que pudieran servirles, no sabía mucho de que podría ser así que Sainz compró todo lo que vió.
Tenía las manos llenas de paquetes y en el auto habían aún más, quería verlo sonreír; aunque, no sabía si a Charles o al pequeño, pero a alguno de los dos deseaba hacerlo feliz. Tenían algo en común, a ambos se le formaban hoyuelos al sonreír, era realmente lindo.
Tocó la puerta como pudo y el pequeño abrió la puerta emocionado, sabía que el español iría.
— ¡Calos! —abrazó sus piernas, mientras mantenía una gran sonrisa en su rostro— ¡Si viniste!
Una risotada salió del mayor por cómo lo había llamado "Calos", tal como lo hacía Charles y Jules, era como una mini versión de ambos con más parecido a Bianchi, claro.
— ¡Ven ven! ¡Charlie está haciendo galletas! —lo agarró del pantalón guiándolo hacia el salón.
El mayor dejó caer todos los paquetes encima de los sillones, sentándose al lado exhausto después de cargar el peso tanto tiempo. Tuvo que subir diez pisos de escaleras; Si, el ascensor estaba fuera de servicio.
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Amor Furtivo | Charlos
FanfictionImagínate tener que compartir el amor de tu vida con alguien más, porque su amor es Furtivo. Carlos Sainz, un hombre "felizmente" casado. Charles Leclerc, el hombre el cual es odiado por el español. ¿Estará Carlos dispuesto a dejarlo todo por Charle...