La larga jornada de trabajo había regresado, ambos consideraban que el trabajo en casa de Charles era menos pesada. Por lo menos tenían a un pequeño diablillo corriendo por ahí causándoles risas, lo extrañaban demasiado y habían pasado tan solo unas horas.El tiempo de la jornada transcurrió silenciosa, tan solo intercambiaron algunas palabras que se trataban de aquel proyecto que tenían pendiente. El último que tenían asignado ya había sido entregado y tan sólo esperaban una respuesta.
Tuvieron una que otra visita ocasional de Norris quien ahora está paranoico sobre la relación que mantiene su esposo con el monegasco, pero al parecer sus dudas fueron esfumadas cuando escuchó el rumor de que Charles estaba siendo cortejado, aún no sabía por quién pero lo descubriría.
Ambos estaban exhaustos, odiaban el ambiente del edificio, la bulla, los reclamos, algunos gritos y algún que otro incidente causado por Esteban. Aún no sabían porque no lo despedían, capaz era momento de recaudar firmas.
Por otro lado Max estaba algo alterado, durante el tiempo que no pudo ver al monegasco tuvo obligatoriamente que pasar tiempo con el mexicano, lo cual no salió tan mal o bueno, eso creía.
Habían terminado varios proyectos que para sorpresa de ambos fueron exitosos, incluso pudieron ir a tomar un café sin tener el tema del trabajo como charla principal; aún así, Checo descubrió muchas cosas del holandés, como que estaba perdidamente enamorado de Leclerc. No se lo había dicho, pero era tan obvio que parecía estúpido.
— ¡Carlos! —entró sin previo aviso Sergio asustando a ambos Ferrari--. ¡Tengo que contarte algo!
Se calló al instante cuando vio a ambos chicos reír ligeramente viendo algo en el teléfono del menor, alzaron la vista al mismo tiempo viendo a Pérez quien lucía notablemente sorprendido.
— Merde... —apagó su teléfono al instante, estaban en una llamada con el pequeño.
— ¿Por qué carajos entras así carbrón? —preguntó en su idioma natal, así el menor no podría entender nada.
— ¿Por qué te llevas tan bien con el principito? ¿Carlos Sainz debería saber algo? —intrigó acercándose a su amigo quien lucía algo nervioso.
Como si fuera para la buena o mala suerte de Sainz la puerta fue abierta por segunda vez, un rubio de ojos claros, con una barba de algunos días y una gran sonrisa, definitivamente conocía a este hombre a la perfección. Sebastian Vettel.
Era igual que Max, no, se retracta, Vettel era mucho peor. Parecía un chicle pegado al monegasco, era mayor que Carlos por dos años, por lo que ahora Sebastian tenía 27 años, no pensaba verlo por aquí tan pronto.
No había persona que más deteste que ese alemán; además, que Charles solía adorarlo y corresponder sus abrazos, y que no solía darse cuenta de los coqueteos que estuvo dándole Vettel en el tiempo que estaban juntos.
Bueno, no se daba cuenta de nada. No se daba cuenta que medio edificio estaba a sus pies.
— ¡Charlie! Pequeño...
— ¿Sebs?
El rostro de sorpresa en el rostro del menor era evidente, definitivamente no esperaba al alemán aquí tan pronto.
Podría darse cuenta que tenía un pin en el bolsillo derecho superior de su saco, estaba como apoyo para el edificio de Mercedes junto a Mick Schumacher.
Solían pedir este tipo de apoyos cuando el edificio la pasaba muy mal, y Mercedes fue muy inteligente al pedir la ayuda de Vettel y Schumacher.
Corrió a los brazos de su amigo abrazándolo fuertemente, tal y como lo hizo con Max cuando lo vió esta mañana. Definitivamente prefería mil veces más a Verstappen.
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Amor Furtivo | Charlos
FanfictionImagínate tener que compartir el amor de tu vida con alguien más, porque su amor es Furtivo. Carlos Sainz, un hombre "felizmente" casado. Charles Leclerc, el hombre el cual es odiado por el español. ¿Estará Carlos dispuesto a dejarlo todo por Charle...