Querida Sky:
No sé como fui tan idiota y no me alejé nada más conocerte de tu lado.
Tu segundo nombre era problemas y tu apellido desastre.
Aún sabiendo eso nada más conocerte me arriesgué y aposté por ti.
Eso sí, volvería a agarrarme al clavo ardiendo que siempre has sido.
Calum.