Amelia

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Omar y yo nos la pasamos hablando sobre lo que había sucedido en este tiempo que no nos habíamos visto y las cosas que Ricardo me contó sobre la universidad, fueron cosas totalmente sorprendentes, yo recordaba que a Omar le gustaba enseñar pero jamás me paso por la cabeza que en un determinado momento seria profesor de Filosofía en una universidad de Italia, claramente estoy muy orgullosa de él.

Omar y yo estuvimos mirando películas de Disney hasta las ocho de la noche y paramos de verlas porque él se durmió y me estaba roncando en el oído. Me quede mirándolo.

-¿Podrías dejar de verme así? –dijo Omar con los ojos cerrados.

-No te estoy mirando de ninguna forma –dije sonriendo.

-Cariño, por favor –abrió los ojos y me miro- Conozco tu mirada –sonrió.

-En mi defensa, solo estoy mirando el moco que tienes en la nariz –dije riendo. Omar se levantó de un salto y corrió hacia al baño, para mirarse en el espejo.

-No tengo nada en mi nariz –dijo desde el baño.

-Y yo pensaba que la narcisista era yo –reí.

-En realidad dijiste que el vanidoso y narcisista era yo –dijo regresando- Claramente te robe eso a ti.
-Puedo notarlo –lo mire- Al parecer te compartas más como yo, que yo.

-Esto es lo que dejaste en mi por los últimos 25 años –dijo riendo.

-Veinticinco años son muchos, si lo dices de esa forma –dije mirándolo.

-Sigo sin saber en qué momento crecimos y dejamos de reírnos de todo lo que sucede en el mundo –dijo mirándome.

-Maduramos muy rápido, si es a lo que he refieres –dije y él se sentó en el suelo, me senté junto a él- Nuestra familia no nos dejó otra opción Omar.

-Lo sé, pero nosotros tampoco hicimos algo al respecto, no lo evitamos Amelia –dijo mirándome.

-No podíamos hacerlo Omar –tome sus manos- Éramos unos niños y nos convirtieron en adultos.

-¿Y si lo hubiéramos hecho? –dijo y lo mire levantando una ceja- Me refiero a si lo hubiésemos evitado, ¿Estaríamos aquí sentados frente a frente?

-Dudo mucho que nos hayan dejado si quiera mirarnos –dije.

-Lo que importa es que ahora estamos hablando juntos y eso es todo –sonrío- sin embargo, somos amigos entonces no importa lo que suceda después.

-A veces me da miedo cuando comienzas a pensar escenarios ficticios, pero después recuerdo que también te enseñe eso y mejor me mantengo callada –me recargue en el sillón.

-Mi personalidad es así, porque más del 50% fue robada de parte tuya –dijo Omar riendo.

-Lo he notado.

Omar y yo nos miramos sonriendo, habíamos hablado por horas, sin darnos cuenta que ya era la hora para dormir, así que cada quien tomo el rumbo para su habitación y nos separamos solo por el ancho de una pared. Si las cosas estarán así todos los días, creo que podría acostumbrarme.

Lo que pudo serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora