El desayuno con Omar, fue como había sido hace tantos años, la diferencia es que solamente uno de nosotros iría a la universidad, pero como profesor.
-Justo estaba pensando que te convertiste en lo que juraste destruir –dije riendo.
-En profesor –se rio.
-Sí, pero recuerdo que te gustaba explicar las cosas que no entendíamos, así que esto en su momento si nos sacó de pedo a Luis y a mí, pero después entendimos que esto era lo que más te gustaba, entonces no nos lo podíamos perder o darnos el lujo de darte la espalda –dije con sinceridad.
El brillo en los ojos de Omar, me dio a entender que por nada en el mundo se esperaba que dijera eso y a pesar de que él se viera como una persona completamente seria de pies a cabeza, en realidad era todo lo contrario. Omar podría ser la persona más cariñosa en todos los sentidos de la palabra, es muy delicado y se interesa en la cosa más mínima, de lo que le estés contando. Minutos después, Omar se despidió de mí y se fue a dar las clases del día de hoy.
Recuerdo cómo era Omar en el bachillerato, decir que era una persona tranquila, era una completa mentira. Omar de reojo te engañaba diciendo que era un angelito en el salón y así era, hasta que el profesor salía del aula. Entonces se convertía en un ser maligno, recién salido de las entrañas del infierno y hacia el mayor desmadre que te pudieras imaginar, de hecho un día se chingo la manija de la puerta y estuvimos encerrados por una hora, hasta que se dieron cuanta en administración de lo que sucedía ahí. Él fácilmente tenía dos personalidades y las sabia manejar de acuerdo a la situación, cuando estábamos nosotros tres, Omar podía ser la persona que era, podía ser el bromista y egocéntrico y al mismo tiempo el cariñoso y empalagoso. Se dice que tenemos dos caras, la primera es la que queremos que el mundo nos vea y la otra es la real.
La primera se puede explicar en la cara que nuestras madres quieren ver, una persona educada y seria. Centrada en sus metas y al hacer los comentarios, estos serían serios y congruentes. Básicamente estamos hablando de la persona perfecta ante los ojos del mundo. Y la segunda cara, es tu verdadero yo, con tus amigos y las personas de confianza. Con ellos puedes ser como eres sin el miedo a ser criticado o que hablen de ti o que te regañen por x o tal cosa.
En mi caso, siento que con mi madre puedo abrirme un poco más, casi entrando a mi verdadero yo, pero simplemente hay muchas cosas ilegales de por medio y no me puedo dar el lujo de que ella lo sepa, sin embargo. Al momento de hablar con ella, se vuelve algo totalmente sencillo, no llega al grado en el que hablo con Omar, pero se asemeja.
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Lo que pudo ser
RomanceUna promesa de niños, hace que ahora dos adultos piensen en unir sus vidas, ¿Será posible hacerlo?