Lo que pudo ser

Omar

Debo de admitir que mi vida era completamente monótona, antes de que Amelia llegara a Italia.

Me refiero a que me despertaba, después iba a la universidad, regresaba y preparaba las clases para el día siguiente y de nuevo y esto se repetía, una y otra vez, durante todos los días de mi miserable vida y claro llego un momento en el que pensé en renunciar a la universidad pero luego me cuestionaba: ¿Quién mierda te dará de tragar si dejas de trabajar ahí? ¿Dónde encontraras un trabajo igual de bueno? ¿Dónde te darás las mismas prestaciones o tan siquiera parecidas, que ahí? Claro está que luego lo aceptaba y regresaba a preparar la clase siguiente.

Pero esta vez era completamente diferente, me levante y el departamento olía a café, era un aroma tan perfecto, que por un instante olvide todos mis problemas. Cuando salí de la habitación, Amelia se encontraba haciendo panqueques y tarareaba una canción, por desgracia no se cuál era pero eso lo hacía más emocionante, ella bailaba de un lado a otro, por toda la cocina y yo solo la estaba observando recargado en el pilar.

-Si todas las mañanas serán así, espero que te quedes para siempre –dije y sonreí al ver que la asuste.

-Omar, me has asustado –dijo riendo.

-Si no me dices, juro que no me doy cuenta –me acerque a ella- Buenos días hermosa princesa de Instagram.

-Cállate por favor –dijo riendo- Pero buenos días, hermoso príncipe –dijo haciéndome reír.

-Siempre quise que siguieras mi corriente, muchas gracias.

Ella ya no respondió pero pude ver la sonrisa en su rostro y aunque apenas había despertado, se puede ver que tiene el jet lag, pero afortunadamente ella tiene el horario volteado, entonces se despertara de día aquí y agradezco que se durmiera tarde por tantos años.

Durante el desayuno estuvimos hablando de Luis, hace mucho tiempo que no veo a Luis, si hemos hablado y esas cosas, pero no se siente igual, sin embargo, las video llamadas son asombrosas. Horas después me fui a la universidad, a comenzar otro día preparando a los jóvenes Italianos.