Un día inolvidable

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     "Ugh... Mierda"

Se escucho una voz, mientras gotas caían al suelo de cerámica lentamente, habían pasado unos 3 días desde que Edgar y Colette se reconciliaron. El hogar de Fang estaba totalmente desordenado, fue lo primero que él notó durante toda la poca consciencia que tenía al despertar. 

Sentía un dolor en su naríz, pero no era un dolor leve como cuando sangraba, este era muy fuerte.

Apenas se pudo levantar, tocó su cuerpo, estaba con su pijama.

— Mierda, ¿qué carajos pasó anoche? —Se dijo Fang llevándose una mano a la cabeza.

Al reincorporarse, se dio cuenta de la destrucción que había en su vivienda: los muebles volcados, las alfombras arrugadas, platos rotos y basura esparcida por todos lados.

— Huele a alcohol, cigarrillos y... algo más —Masculló tapándose la nariz, adolorida.

Se dirigió tambaleante hasta la cocina, buscando algún indicio que lo ayudara a reconstruir la noche anterior. Sobre la mesada encontró varias latas de cerveza vacías y una botella de ron a medio tomar.

— Claro, no sería una fiesta sin alcohol en exceso —Bufó molesto.

Revolvió entre los desperdicios y halló restos de cigarrillos de marihuana a medio fumar. Un repentino mareo lo obligó a apoyarse contra la pared.

— Mierda... ¿habré inhalado algo más fuerte? —Se preguntó con temor.

De pronto, unos recuerdos borrosos comenzaron a desfilar por su cabeza: risas, música a todo volumen, extrañas figuras danzando en la penumbra. Y sobre todo, una imagen se repetía constantemente: la sonrisa burlona de Buster observándolo todo.

— Maldito hijo de puta... seguro organizó esta fiestita sin mi consentimiento —Masculló furioso.

Tenía que hablar urgente con el y saber qué demonios había sucedido la noche anterior en su apartamento.

De por sí Fang ya tenía bastantes problemas, como por ejemplo; Su trabajo. Como vendedor de palomitas, tenía que estar casi todos los días de las dos de la tarde hasta las diez de la noche, y de paso tenía que aguantar a Buster.

El no negaba que era alguien divertido, buena onda, pero era sumamente molestoso. Usualmente el iniciaba las "travesuras" que ellos armaban, luego llegaba Maisie y los regañaba a ambos igual. 

Uno puede decir que Fang solo se tenía que negar, pero era casi imposible, pues Buster por solo una negación de Fang, se enfadaba con él por días, cosa que hacía incómodo el trabajo.

Fang resopló fastidiado mientras comenzaba a recoger el desastre de su casa.

— Maldición, este imbécil de Buster me las va a pagar —Masculló al tiempo que empujaba un sillón volcado de vuelta a su lugar.

Mientras barría los vidrios rotos de un florero, no pudo evitar que su mente divagara en los problemas que acarreaba su "amistad" con ese tipo. Buster podía ser divertido a ratos, pero su carácter tormentoso lo metía en constantes líos.

— Si al menos no me implicara en sus estupideces... —Suspiró, pasándose una mano por el cabello.

En el fondo sabía que su postura tan pasiva ante Buster también contribuía al problema. Él solo quería llevarse bien con los demás y pasar desapercibido en el trabajo, a diferencia de su "amigo" que parecía empeñado en causar revuelo constantemente.

Mientras recogía latas y envoltorios de la cocina, Fang recordó el esfuerzo que hacía cada día por ser amable con los clientes y compañeros. Aunque le costaba relajarse y reír, trataba de poner buena cara pese a lo tedioso de su tarea.

A "Chemistry" She Can't Deny  ― Colette X Edgar ―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora