Los Delirios Del Amor.

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Habían pasado un par de días desde la discusión con Colette. Para sorpresa de Edgar, el tiempo siguió su curso a pesar de todo, sin detenerse ni ralentizarse.

Aunque intentaba no darle demasiadas vueltas, la ausencia de la siempre alegre e inquisitiva chica en la tienda se sentía notable. Ya no la escuchaba tararear mientras trabajaba, ni le hacía comentarios sobre su lectura del momento. Apenas le dirigía la palabra si era estrictamente necesario para coordinar algunas tareas.

Su animado entusiasmo parecía haber sido reemplazado con una actitud seria y escueta. Y a Edgar, por más que odiara admitirlo, aquello lo afectaba más de lo esperado.

Pese a su habitual apatía, la quietud en la tienda le resultaba incómoda. Sin la agitada presencia de Colette de fondo, toda tarea le parecía más monótona. Incluso extrañaba sus risas y ocasionales bromas, aunque siempre las enfrentara con fastidio.

Pero no estaba dispuesto a demostrar cuanto le afectaba la situación. Siguió manteniendo su postura fría y distante como de costumbre. Solamente Griff parecía darse cuenta de los cambios en la dinámica, mas no hacía comentarios al respecto.

Hoy, viernes, se hallaba ordenando algunos estantes cuando escuchó la voz de Colette detrás de él. Volteó con calma, aguardando lo que fuera a decirle.

― Griff quiere que revises el inventario de la bodega ―Informó ella con tono neutro― Dice que falta material de envío.

Edgar asintió con parquedad― Bien, iré a revisar ―Replicó escuetamente con desgano. comenzando a dirigirse hacia allí.

Sin embargo, se detuvo un momento, dudando si debía decir algo más. Al final, se volvió levemente hacia ella.

― Oye... ¿Estas bie-?...

Pero Colette lo interrumpió negando con la cabeza― No importa ―Dijo terminante, aunque su expresión denotaba tristeza― Solo ocúpate de lo tuyo.

Tras esto, se marchó dejándolo solo. Edgar observó su figura alejarse con cierto pesar. Intuía que las cosas entre ellos aún estaban muy lejos de arreglarse.

Suspirando quedamente, se dirigió en silencio hacia la bodega, decidido a concentrarse en su labor y dejar el tema por un rato. Sin embargo, una vocecilla en su mente no dejaba de atormentarlo con la culpa.

Al llegar pudo ver a Griff setando, contando unas monedas, algunas estaban lamidas y otras con pequeñas marcas de dientes.

― ¿Ahora que mierda quieres? No estoy de humor ―Dijo Edgar, ignorando el desorden.

― Vocabulario, Edgar ―Corrijió Griff, levantándose― Hoy tengo que ir a una reunión importante en la noche, me preguntaba si podrías quedarte a cuidar la tienda.

― Una reunión importante, ¿eh? ―Edgar lo reconsidero por un momento― ¿Que hora?

― La reunión es a las 9:30 de la noche ―Respondió Griff― Te pagaré un poco más por cubrir mi turno.

Edgar pareció pensarlo. Iba a responder cuando su jefe volvió a tomar la palabra.

― Sé que las cosas con Colette no andan bien ―Comentó Griff, contando billetes― Si prefieres que se vaya, yo hablaré con ella. Pero tendrías que encargarte solo del lugar. Los borrachos que merodean por aquí a esa hora pueden ser esta- Digo, negociados facilmente.

― No ―Lo interrumpió Edgar molesto― No voy a echar a Colette, además, no necesito meterme en tus negocios de maricón.

Griff alzó las manos, conciliador― Vocabulario. Solo era una sugerencia, tú decide si aceptas el turno o no.

Edgar resopló fastidiado. La oferta de dinero extra era tentadora, pero aún recordaba que tenía que salir con Bibi. Se tomó un tiempo para pensar, hasta que le llegó una idea.

― ¿Y por que no dejas a Colette? Ni que trabajara tan mal.

A "Chemistry" She Can't Deny  ― Colette X Edgar ―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora