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—N-no te rías, Lee

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—N-no te rías, Lee.

Durante el transcurso de la cena, MinJeong no dejó de fulminar con la mirada a la mesera de nombre Hanni, quién, por cierto se pasó dándole sonrisitas a Felix en sus narices.

¿Lo peor? Él ni siquiera hacía nada para detenerla. Sintió enojo, rabia y muchos celos.

—En primer lugar, no sé porqué tienes esa cara de querer asesinar a alguien—enumeró Felix—. En segundo lugar, vinimos a cenar y no has dicho qué tal está la comida y por último, te ves demasiado tierna.—sonríe.

Kim atinó a bajar su rostro completamente rojo. Odiaba tener esa debilidad por él cada vez que le decía palabras bonitas.

—Uno, creo intuir que sabes porque tengo esta cara—refutó la pelirroja—. Dos, todo está delicioso y tres, no me veo tierna cuando podría fácilmente darte un golpe.—menciona viendo a la mesera con enfado.

Felix esbozando un suspiro, toma delicadamente el mentón de MinJeong, sonrió de lado y se permitió acariciar unos momentos, la suave piel de su acompañante.

—No te enojes, mis ojos sólo están puestos en tí—confesó—. Deja de darle importancia a esa pobre muchacha, si al final, quién tiene mi total atención eres tú. ¿Bien? Si te traje aquí, es porque quiero disfrutar este momento contigo. Y ya, tampoco quiero ser golpeado. Ya vi de lo que eres capaz cuando enfrentaste a Hanna ese día.—ríe sin apartar su mano del mentón de la menor.

Toda expresión de exasperación y fastidio, desapareció de MinJeong.

—Borra esa carita y muestrame una sonrisita, me gusta verla mucho.

Ignorando los evidentes latidos de su corazón, asintió e hizo lo que Felix pidió.

Continuaron cenando, esta vez, conversando de temas triviales tales como sus colores favoritos, el animal que los caracterizaba, gustos musicales, entre otros.

—Sabes, algún día podemos hacer un treend de esos que suele hacer YeonJun-hyung. Son buenos.

—Tú sólo pon fecha y hora, yo encantada te acompaño.—adónde sea, te seguiría siempre, Lix.

Me dieron ganas de bailar—mencionó Lee—, pero no de esos rítmicos que te dejan sin aire sino una balada.

—Aquí no vas a encontrar eso.

Felix la miró con una sonrisita que a los ojos de MinJeong significaron una sola cosa.

De pronto, un grupo de músicos se posicionaron en un pequeño espacio dónde al acomodarse, empezaron a entonar una relajante y romántica balada.

—No me digas que...

—Kim MinJeong, ¿te gustaría bailar conmigo?.—preguntó poniéndose de pie.

Extendió su mano hacía ella a la espera de una respuesta. MinJeong sonríe sin creerlo, termina aceptando su invitación y ambos caminan hacía el centro del lugar.

ᴀ ᴘᴀʀᴛɴᴇʀ ꜰᴏʀ ꜰᴇʟɪx [ᴡɪɴʟɪx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora