Noa W. Smith
Esta mañana nos la pasamos Alek y yo con mama y el abuelo jugando videojuegos, de papa no se mucho, no nos acompaño a la hora de desayunar. Me levanto y camino a mi habitación, ya me aburrí de estar en la sala, necesito mi espacio por un momento, ahora que lo pienso tampoco he sabido nada de Williams, lo he visto muy pocas veces por la casa,
Al caminar observo otro pasillo, este está oscuro y a mi parecer nadie pasa por aquí, ya que hay algo de polvo y un poquito de telarañas en las paredes, luego lo investigare, mi curiosidad no me dejara tranquila asta que lo haga, sigo mi camino a mi cuarto y al llegar me acuesto y empiezo a ver Instagram, lo primero que me aparece es la foto de mi ex con mi mejor amiga, o bueno la que creí que era mi mejor amiga, sigo deslizando y viendo fotos por un buen rato.
No se cuanto tiempo pasa, pero al rato tocan la puerta, no respondo y sigo acostada, vuelven a tocar y me levanto abriendo la puerta, al hacerlo es Alek, esta cambiado de ropa, tiene una más veraniega que la de esta mañana, será por el calor
--dice mama que bajes, ya es hora de almorzar—luego de decir el mensaje me da unas palmadas en la cabeza como si de perro se tratara. Al el marcharse vuelvo al curto y me cambio de ropa.
Al ir bajando me encuentro a papa, este cojea disimuladamente mientras se dirige al pasillo que conecta con el comedor, no lo llamo ni hago nada para llamar su atención. Llego al comedor y papa esta sentado concentrado en la ensalada verde que tiene enfrente. Al pasar el rato y llevar tiempo comiendo observo mas de cerca papa, tiene un vendaje en la oreja y una marca rojiza en el cuello, nadie a mencionado el tema, pero yo si que pienso hablar de este acontecimiento, papa no es de que le pasen las cosas y no decírnoslo.
--¿Qué te paso en la oreja, papa? —pregunto directa rompiendo el silencio mientras lo señalo con el tenedor. El suspira, sabia que yo le preguntaría.
--me pico un insecto y se me a alterado el área de la oreja—me explica. No me fio mucho de su respuesta.
--¿y por qué cojeas?—el me mira serio, pero no me importa, le aguanto la mirada.
--estaba demasiado oscuro cuando venia para acá, por lo que me tropecé con una roca—luego de responderme empieza a comer nuevamente dándome a entender que no indague más.
El resto del almuerzo fue en un incómodo silencio, al terminar de comer me levanto caminando en dirección al pasillo de la otra vez, no tengo nada que hacer y a decir verdad nada seria mejor que saciar mi curiosidad por el pasillo, quien sabe si me encuentro un cadáver, sería lo máximo.
Al llegar camino por el área observando todo, hay muchas puertas, pero tienen seguro, me estoy al ir ya que no hay nada interesante, solo polvo y telarañas además de cuadros viejos de la abuela colgados en las paredes y otros apoyados en el suelo, pero algo llama mi atención, una pequeña cuerda en el techo, ¿Qué hace hay? Salto para intentar alcanzar la cuerda, pero por mi tamaño se me hace imposible, hay una puerta a mi lado, no la revise porque creí que tendría seguro, pero al intentar abrirla esta sede dejando a mi vista el cuarto de limpieza o bueno lo era, paso mi mirada de un lado a otro hasta que doy con un cubo lo suficientemente alto para yo poder alcanzar la cuerda.
Coloco la cubeta debajo de la cuerda, al ya tenerla bien ubicada me subo en esta, me falta poco para alcanzar por lo que doy un salto, la tomo en mis manos y jalo de ella al hacerlo una puerta baja en mi dirección tumbándome de culo, me levanto rápidamente y guardo la cubeta, miro la escalera con intriga, empiezo a subir por esta de manera lenta a no ser que me aparezcan ratas y me caiga de aquí.
Al llegar la puerta se cierra, intento abrirla, pero no es posible, aquí arriba todos está a oscuras y hay muchas cajas, por lo que tomo mi móvil y prendo la linterna, camino mas adentro con el móvil en mano, al entra mas tengo que agacharme por la incomodidad de estar parada y encorvada ya que el techo es bajo. Al estar ya en el lugar me quedo pasmada por lo que veo. Hay una cama aquí, esta esta muy ordenada por lo que supongo que deshabitada no está, hay posters de música pegados por algunas partes, camino en dirección a la cama y me sorprende encontrar unas dagas, estas son nuevas ya que aun esta afiladas y la empuñadura no está desgastada.
Tomo una observándola mas de cerca, realmente esta afilada, le tomo una foto, no se en que parte de la mansión estoy ahora mismo, a decir verdad, no recuerdo donde esta ubicado el pasillo en concreto, además no hay casi nada de señal en el lugar por lo que no puedo llamar a nadie y no deje pistas de mi paradero.
Intento buscar señal en el área, pero en eso escucho un ruido proveniente de la compuerta, pongo la daga en su lugar y me escondo detrás de una pila de cajas que se encuentran en el fondo de este lugar, además de apagar la linterna me escondo en el momento justo. Un chico encapuchado entra en el lugar, no se le ve la cara, porque además de estar encapuchado tiene un cubrebocas negro.
El enciende una luz no se de que lugar, pero ilumina toda el área, al hacerlo puedo ver que es sumamente alto, mas que mis hermanos, a decir verdad, además de que tiene un cuerpo de muerte. Quien me manda a ser fan del dark romance me quedo quieta sin moverme, no quiero llamar su atención, estoy segurísima que personal de seguridad no es y de limpieza mucho menos.
El se acerca a la cama y toma la daga mal ubicada, la que yo coloque joder, el de queda quieto por un largo rato mirando la daga, la coloca como va y se da la vuelta mirando el lugar, sabe que estoy aquí. Camina a paso lento donde me encuentro. Espero que de verdad no me halla encontrado, respiro pesadamente al verlo encorvado en mi dirección, suelta una risa seca, como el que no cree lo que pasa, como si fuera algo de lo más estúpido.
--oh pequeña, me has ahorrado mucho trabajo—joder su voz, su puta voz, si no fuera por la situación me le tiro encima y me lo follo con gusto, o bueno dejo que me haga lo que quiera con tal de que me susurre su ordenes al oído.
De un rápido movimiento tira las cajas al suelo dejándome descubierta, o puedo hacer nada ya que al momento me toma del pelo y me arrastra hacia el medio del cuarto, no lloro ni me altero ya que de seguro le daría gusto oírme gritar o llorar. Aun con mi pelo en su puño busca algo debajo de la cama, al encontrarlo me mira expectante mostrándome una jeringa, no hago nada y el por ende me inyecta el contenido amarillo de este. No dura mucho en hacer efecto ya que mis ojos empiezan a cerrarse
¿en qué lio me metí? Es lo único que pienso al caer inconsciente a sus pies.
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el caso de la familia wínchester
Historia Cortaun mundo donde nada es lo que parece, el inicio no tiene nada que ver con el final y nadie esta bien de la cabeza.