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Al día siguiente, Jin se encontraba en su clase diaria con YoonGi. Recordando que NamJoon no había ido a verlo ese día, el orgullo de Jin le decía que tampoco quería verlo, aunque sabía que debía hacerlo si quería ayudar a la señora Lee.

— Jin, ¿estás prestando atención? — preguntó Yoongi.

— ¿Qué? Perdón — respondió Jin, volviendo de sus pensamientos.

— Has estado distraído todo el día, ¿Qué ocurre?

— No es nada, es solo que no pude dormir bien anoche

— Entonces será mejor que dejemos la clase hasta aquí por hoy, no tiene caso seguir explicando si no estás escuchando

— Disculpa — respondió Jin, sintiéndose avergonzado por su falta de concentración.

En ese momento, JiMin entró en la habitación.

— Necesito llevarme al Joven Jin un momento, tiene que probarse los trajes que trajo el sastre

— Adelante

Jin se levantó de la mesa, siguiendo a JiMin fuera de la biblioteca hacia donde el sastre esperaba con los trajes.

Al llegar, observó con asombro su habitación; esta estaba repleta de trajes de diversos colores y estilos, todos parecían de alta calidad y muy costosos. El sastre lo saludó con una sonrisa amable y le indicó que se acercara para empezar con las pruebas. Aunque aún se sentía triste, Jin decidió colaborar en todo lo que le dijeran.

Se fue probando cada uno de los trajes, quedando sorprendido por la calidad de la ropa y todos los detalles que tenían. Nunca se había puesto trajes tan costos, pero al verse al espejo lucia como un verdadero príncipe.

Por último, se probó un traje de un elegante color azul marino, que resaltaba la forma de su cuerpo. Las hombreras amarillas añadían un toque audaz y llamativo, contrastando perfectamente con el azul oscuro. El corte del traje era ajustado y sofisticado, con detalles finamente elaborados que denotaban su alta calidad. Cada costura estaba meticulosamente cosida, y los botones relucían con un brillo sutil. En conjunto, el traje emanaba una sensación de elegancia.

— Le queda muy bien — dijo el sastre

— Estoy de acuerdo, este traje le queda de maravilla — afirmó JiMin

Jin sonrió, sintiéndose un poco más seguro con la aprobación de los presentes. Miró su reflejo en el espejo y se sintió orgulloso de cómo lucia. La ropa elegante y bien ajustada realzaba su figura, dándole una apariencia digna de la realeza.

— Muchas gracias — respondió Jin, sintiéndose un poco más emocionado

— Bueno yo me retiro, todavía tengo trabajo que hacer

— Muchas gracias

JiMin le entrego la paga y el sastre se fue.

— Esta decidido usaras este para la comida de hoy

— ¿Comida?

— Cierto, se me olvida decirte, el día de hoy tenemos una comida con el rey

Su mala suerte era tan grande que cuando él no quería ver al rey, tenía que hacerlo.

— ¿Por qué vamos a comer con él? Que no estaba muy ocupado con sus juntas

— ¿Qué pasa Jin? Ayer estabas preguntando por él y hoy no lo quieres ver

— Solo no quiero verlo hoy es todo

— Pero tendrás que hacerlo, les diré a unas sirvientas que vengan ayudarte para que te termines de arreglar, mientras iré con YoonGi para ver que todo esté listo

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Jin se dirigió hacia el comedor, no le queda otro remedio más que ir. Mientras caminaba por los pasillos del palacio, se sintió un poco incómodo por la atención que atraía su presencia. Era consciente de que todos los ojos estaban puestos en él, y se esforzaba por mantener la compostura. Pero, no podía evitar sentirse juzgado con cada paso que daba.

"El campesino está jugando a ser príncipe" escucho mientras baja la escalera

Jin apretó los puños con fuerza, sintiendo cómo la rabia e impotencia crecían dentro de él. Sabía que no podía permitirse perder los estribos, especialmente delante de todos los sirvientes y miembros del palacio, tragó saliva y mantuvo la cabeza en alto, tratando de ignorar los murmullos a su alrededor.

Al llegar a la puerta del comedor se encontró con JiMin y YoonGi, se esforzó por mantener una expresión tranquila y feliz.

— Te ves muy guapo — expresó JiMin y YoonGi afirmó con la cabeza

— Gracias

— Entremos ahora — dijo YoonGi

Al entrar, las sirvientas que estaban a dentro lo vieron sorprendidas, pero se retiraron rápidamente a la cocina sin decir una palabra. Los tres tomaron asiento y esperaron al rey. En cuanto entró, se levantaron e hicieron una reverencia en señal de respeto.

El rey contempló a Jin con admiración, su mirada se mantuvo fija en el omega. Para NamJoon, Jin parecía deslumbrante; su presencia irradiaba una elegancia y encanto que le arrebataba el aliento.

Una vez que el rey tomó asiento, los tres también se sentaron. El omega no quería ver al rey a los ojos; seguía triste y enojado por lo que escuchó el día anterior. Los sirvientes trajeron la comida a la mesa y se colocaron discretamente detrás de los presentes, en caso de que se les ofreciera algo más.

A pesar de su incomodidad, Jin trató de concentrarse en la comida frente a él y en ignorar las miradas curiosas que aún lo observaban. Estaba a punto de tomar los cubiertos cuando recordó una de las lecciones de JiMin.

No puedes empezar a comer antes que el rey. Él siempre es primero, cuando veas que tome sus cubiertos y se lleve el primer bocado a la boca puedes empezar.

Tenía que verlo si quería tener éxito con esa lección, además, así evitaría que regañaran a sus tutores por no enseñarle bien.

Jin volteo a verlo y pudo ver la mirada del rey fija sobre él. No dijo nada se mantuvo callado espero que el rey comiera de una vez para poder irse.

— Así que díganme que tal va SeokJin con sus lecciones

— Va muy bien, alteza, el aprende muy rápido — respondió YoonGi

NamJoon asintió con satisfacción, tomo sus cubiertos y comenzó a comer. Los demás hicieron lo mismo una vez que el rey empezó.

— ¿Qué tenías que decirme ayer, SeokJin?

Por qué tenía que sacar ese tema de conversación justo ahora. Tenía muchas cosas que decirle, pero no quería hacerlo delante de sus tutores, no podía permitirse perder la compostura frente a ellos, y mucho menos quería darles a los sirvientes más razones para hablar sobre él.

— Podemos hablar de eso después, su majestad

Todos los presentes voltearon a mirar al omega con curiosidad, mientras esperaban la respuesta de Namjoon.

— Al parecer, lo que tenías que decir no era tan urgente, ¿verdad? Y, aun así, querías interrumpir la junta de ayer

Esa fue la gota que derramó el vaso.

Esa fue la gota que derramó el vaso

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Kingdom || NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora