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'No hay peor ciego que el que ya vio la realidad y decide volver a cerrar los ojos.' AU: Omegaverse
Alfa x Omega
AU: Dónde el Maestro Getō conoce al omega que se hará cargo de su cachorro y toma una decisión
⚠️ Advertencia: Diferencia de edad (38/17) y no consentimiento
♡ ... ༄
—Maestro, le presento a su nueva nodriza, Gojō Satoru; es justo lo que nos ha pedido que buscaramos para sus cachorros. Es joven, hechicero y por supuesto, omega. Se va a portar muy bien y le aseguro que su hijo estará bajo el mejor de los cuidados.
Los dedos de la mujer, una hechicera de baja categoría pero buena en su trabajo de educar nodrizas, apretaron el hombro del omega en señal de advertencia antes de empujarlo hacia adelante, dejando poco espacio para esconderse del imponente alfa frente a él.
Satoru tragó, luego hizo una breve reverencia, sin apartar la vista de sus pies.
Después de todo, estaba frente al Emperador del Nuevo Mundo, Getō Suguru, con fama de ser benevolente con los de su clase y castigar a aquellos que no lo son. Pese a eso, era imponente vieras como lo vieras.
—Un gusto, em-emperador.
El alfa simplemente gruñó en respuesta antes de girarse bruscamente y hacerles un gesto para que lo siguieran. Satoru se arriesgó a echar un vistazo cuando el alfa estuvo de espaldas, y sus ojos muy abiertos observaron los anchos hombros y el cabello oscuro largo del hombre. Era grande, pese a que Satoru era el más alto entre los omegas que fueron instruidos en la escuela de nodrizas... y ese mismo hecho hizo que un escalofrío recorriera su columna.
—Mi hijo está durmiendo en este momento pero lo presentaré cuando despierte. Te he instalado en la habitación contigua a la suya para que puedas atenderlo durante las noches si lo necesita. Confío en que tu estancia aquí resulte cómoda.
La forma en que hablaba, sin preámbulos ni pausas, como si cada palabra que saliera de su boca viniera de un guión. Eso puso nervioso al albino, lo hizo encogerse un poco más en sí mismo mientras se atrevía a echar un vistazo al hombre con el que se quedaría durante las próximas semanas.
El aliento de Satoru se contuvo cuando sus ojos se abrieron un poco al ver al alfa frente a él. Su primera impresión fue correcta, el hombre era imponente; su tamaño por sí solo hizo que algo dentro de él se retorciera; su rostro parecía como si hubiera sido tallado en mármol... sorprendentemente atractivo e innegablemente frío.
— ¿Eso es todo lo que empacaste, omega?
Al chico le tomó más tiempo del que debería darse cuenta de que el alfa le estaba hablando, y rápidamente bajó la mirada hacia la pequeña bolsa de transporte que el emperador estaba señalando.
