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'En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación.'
Canon: Divergente
AU: Son adultos y ambos son profesores en la escuela. Sucesos después del Arco de El Festival de Intercambio con Kioto
⚠️ Advertencia: Sexo y fetiche
♡ ... ༄
De alguna manera, siempre es Mei Mei — ¿Alguna vez sintieron la necesidad de llamar 'papi'' a un chico en la cama?
— ¡No!, ¡¿Qué?!, ¡Dios!, ¡¡Mei!! —Utahime adquiere un fantástico tono rojo, medio asfixiada por una perla de tapioca.
—Mei, sabes que no me siento cómodo hablando de esto con la bebé presente. —Sisea Satoru, moviéndose para tapar los oídos de la azabache. A lo que es rechazado en poco tiempo.
Cuando está enojada, Utahime tiene cierta mirada, como la de un pomerania rabioso que sabe que tiene la altura exacta para morderte el talón de Aquiles y mutilarte permanentemente —Satoru, considera seriamente si quieres mantener tus bolas unidas al resto de tu cuerpo.
De repente, Satoru se interesa mucho en su bebida.
—En fin, —La albina mayor arroja una larga trenza de cabello sobre su hombro —Este tipo con el que he estado acostándome me pidió que lo llamara papi el otro día y yo dije: ¿Qué?
—Entonces... ¿Lo hiciste?
—No. Estoy pensando en ello. —Hace una sonrisa que deja claro a los otros dos que seguro se trata de cuestiones monetarias —Simplemente creo que no es realmente necesario. Debería estar tan, ya sabes, atrapada en el momento que simplemente le grite: ¡oh, sí, papi, sí! —La voz de estrella porno de Mei Mei es exactamente como Satoru habría imaginado que sería. —Y luego se pondría muy cachondo y excitado, y me tiraría a la cama, y...
—Con lo que dices, —El rostro de Utahime ha pasado por diez nuevos tonos de rojo, aterrizando en lo que podría llamarse un bermellón profundo — ¿Arruinó tu fantasía al ser proactivo y pedir lo que quiere en la cama?
—... Un poquito, sí.
Satoru casi siente la necesidad de señalar que Mei Mei y él fueron quienes le compraron a Utahime ese té de burbujas de chocolate y menta cuando ella susurra: Los odio, tanto, en voz baja.
Pero se resiste por el bien de sus pelotas.
Mei suspira —Ya veremos. Lo veré esta noche. Les haré saber cómo va.
Satoru habla por fin luego de una pausa larga —Espera, ¿Hablas de Kusakabe?
La albina le da una rápida patada al costado de la pierna con su tacón de aguja y, para ser honesto, él no recuerda mucho de la conversación posterior a eso.
