El gordo amarillo, también conocido como Homero Simpson, recibe una broma de su hijo el cual lo lleva a su "muerte". Ahora el tendrá que lidiar con algunos problemas en un mundo diferente.
¡ACLARACIÓN!
Este es un fic hecho completamente para joder...
Nota del papu: Cualquier falta de ortografía y cosa sin sentido, avisen.
Su grasosa panza bajaba y subía. El estaba corriendo, él había dejado atrás a su compañero.
¿Porqué no lo ayude? ¿Porqué hui? ¿Debería volver? Varias preguntas recorren su mente. Sin tener una decisión clara y algo desesperado el dijo para si mismo... « Estúpido de mi parte, tengo que ir a salvarlo. »
Dio media vuelta y el se dirigió otra vez hacia el callejón con suma determinación en su mirada.
« Solo aguanta Subaru, no te voy a dejar morir NI EN PEDO »
Empezó a acelerar el paso, sin prestar demasiada atención a sus alrededores. El solo quería disculparse por su "estúpida decisión" o algo así. No, no era estúpida, ellos no tenían oportunidad y debieron salir corriendo, pensó el.
Unos pasos cerca del callejón empezó a escuchar los golpes, quejidos y burlas de los matones. Es raro que nadie escuchará eso aunque es entendible, nadie quisiera meterse en ese tipo de problemas.
— Subaru ya est- ¡D'oh!
— ¡Agh!
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Cuando quiso ver a Subaru, repentinamente el se había pechado con alguien, obstruyéndole la visión y causándole un dolor en la cabeza. Se llevo la mano a la cabeza con los ojos cerrados y pensó algo enojado:
« Ya es la segunda vez que me pasa esto... »
— Carajo. ¡Fíjate por donde vas, gordo!
Una voz femenina, algo irritante llegó a los oídos de Homero. Él abrió los ojos la escuchar la frase completa de la que podría ser... ¿Una niña?
Es una joven de estatura baja con piel clara y cabello rubio dorado que le llega hasta el cuello, tiene unos ojos rojos carmesí, tiene el pecho plano y una figura delgada. Lleva un atuendo ligero que consiste en un listón negro en su cabeza y sus pantalones son de el mismo color, también lleva una bufanda roja y un chaleco marrón con patrones blancos y en sus pantalones lleva una correa la cual sostiene una daga.
Homero no vio esa daga y no tenia ningún problema en pelear con una chica menor que el. Aunque esa joven tiene pinta de poder matarlo en ese mismo lugar.
Su enojo no había desaparecido así que el se abalanzó hacia la joven con los brazos apuntando a su cuello.
— ¡Pequeño demonio! - Dice Homero.
La joven logra esquivar a Homero y el se cae, estampando su gorda cara en el suelo, soltando un quejido.
— ¿Gordo, que supone que estás haciendo?
— ¿¡Que hacen ustedes dos!?
Sin darse cuenta de la situación, estaban esos mismos 3 matones mirando a la joven y a Homero que estaba en suelo. Justo abajo de los matones, estaba Subaru con la cara destrozada y inconsciente. Homero intentaba levantarse pero cuerpo gordo se lo impedía o mejor dicho se lo dificultaba, así que el se levantaba muy lentamente.
