Prólogo

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Elián avanzaba a toda velocidad, alejándose del lugar del incidente

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Elián avanzaba a toda velocidad, alejándose del lugar del incidente. Su risa resonaba en su cabeza; había disfrutado bastante propinándole una paliza a esos desafortunados que habían intentado asaltar a una dama humilde. Sin embargo, el último de ellos estaba herido de gravedad y podría desangrarse si no recibía atención médica de inmediato. Sintió una breve compasión por su destino, aunque pensó que se lo habían buscado por realizar un acto tan cuestionable como robar.

Mientras aceleraba su movimiento, se dio cuenta de que no había tenido tiempo de saquear las pertenencias de esos tipos. A él le gustaba coleccionar recuerdos o usar el dinero para comprar cosas bonitas o divertidas con el botín de sus encuentros, pero esta vez la urgencia lo había obligado a huir sin hacerlo.

Su hermano le había advertido que, si la policía lo detenía, no lo ayudaría ni contactaría con Lena para interceder por él. Le parecía absurdo; ¿por qué las autoridades lo encarcelarían por incapacitar a criminales? En su opinión, estaba haciendo un servicio a la comunidad al mantener las calles más seguras.

Las sirenas de la policía resonaron en el aire, lo que lo alertó y le puso la piel de gallina. Sabía que debía aumentar su velocidad para alejarse aún más de la zona. No permitiría que su hermano lo mirara con su típica expresión regañona por algo que consideraba justificado.

Aunque debía admitir que los policías de la zona habían mejorado mucho, de no llegar a tiempo con una diferencia bastante extensa a llegar casi en el acto, una mejoría bastante destacable.

Le gusta pensar que es por su presencia, desde que comenzó a usar sus capacidades especiales para abatir e incapacitar maleantes, la policía parecía más activa. Escapar de ellos era una buena forma de entrenar. 

Su rutina diaria estaba por culminar. Podría arriesgarse a decir que solo le faltan unas pocas cuadras. Desde que obtuvo sus poderes siempre, al despertar y prepararse para el día, procuró realizar abdominales, sentadillas y flexiones, y correr unas cuantas decenas de kilómetros.

Claro, eso sin contar a todos los que ha golpeado, incapacitado y ayudado en el camino. Ha evitado robos, rescatado gatos de los árboles, cargado cajas pesadas y, si no recuerda mal, ayudó a un niño que se había perdido. 

Aunque...

Estaba aburrido. Si no ha dejado de actuar a ser un héroe es porque realmente disfruta de ayudar. Pero ya no siente la misma adrenalina que sentía en sus inicios. Pelear con maleantes se tornó molesto, antes daban cierta talla, actualmente no duran nada.

Fue aburrido para ser mi último patrullaje —pensó, reconociendo que esta sería su última patrulla en mucho tiempo. A pesar de lo aburrido que se había vuelto, reconoce que extrañara su patrullaje rutinario.

Al llegar a una esquina, Elián dio un giro rápido y se detuvo en seco. Su respiración era agitada, y su cuerpo parecía haber agotado toda la energía almacenada. Necesitaba recargarse con un buen tentempié lleno de calorías. 

ᴛʜᴇ ᴜᴘᴘᴇʀ ᴍᴏᴏɴꜱ ʀᴇᴀᴄᴛ 𝗩𝟮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora